El Arzobispo de Corrientes, Mons. Domingo Castagna, aseguró que "el mundo actual, tan contradictorio y espiritualmente menesteroso, gime por causa de los gestos desorientadores de quienes deben evangelizarlo", y citó a Juan Pablo II para recordar que "el mundo necesita de los cristianos el testimonio de la santidad".
"Necesitamos borrar de nuestras relaciones, o rupturas, todo atisbo de hipocresía y soberbia. Al seguir a Jesús, en los dolores indescriptibles de su Pasión, advertimos su invitación a compartirlos, portando los nuestros, y de esa manera andar rápidamente hacia la Vida", recordó el Prelado.
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Tras señalar que "los hombres y mujeres de nuestra sociedad necesitan ver a los testigos de la Pascua que no la esconden en una soledad mezquina y pusilánime", instó a "arriesgarse con la Iglesia en comunión, junto a sus Pastores, el Santo Padre, los Obispos, Presbíteros y las comunidades".
"Cristo está allí, lo ha prometido y no deja de cumplir sus promesas. La Pascua recupera siempre la identidad divina de la Iglesia y la impulsa a cumplir su universal misión. Desde la misma quienes la celebran se ponen en marcha alentados por la esperanza de su perfecto cumplimiento", subrayó.
Mons. Castagna insistió en que "mantener el anuncio pascual y su celebración constituye el secreto de su permanencia activa entre personas y grupos que acaban sucumbiendo irremediablemente. La virtud que sostiene a la Iglesia no proviene de la calidad humana de sus dirigentes, su estabilidad procede de la asistencia continua del Espíritu Santo".
El Prelado puso de manifiesto que en dos mil años no han logrado doblegar a la Iglesia a pesar de las pruebas y persecuciones más terribles y añadió que no son los actuales los peores tiempos.
"Somos testigos -dijo- de los esfuerzos por debilitarla con escandalosos pseudo descubrimientos" como El Código de Da Vinci y el evangelio apócrifo de Judas; y del "despliegue técnico, multimillonario, que se ha empleado en ellos encubre su maligno y mendaz propósito".