La Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) rechazó las declaraciones del Fiscal General, Isaías Rodríguez, sobre el asesinato del P. Jorge Piñango, hasta ahora Subsecretario de la CEV, y pidió que el caso sea tratado con seriedad y respeto.

El martes pasado, el Fiscal Rodríguez dijo que la muerte del P. Piñango había sido un crimen pasional y cerró la posibilidad de que éste se debiese a la inseguridad que reina en el país.

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Ante ello, el Presidente de la CEV, Mons. Ubaldo Santana, leyó un comunicado que advierte que con sus declaraciones Rodríguez “ha violado la reserva legal del caso”. Además, indica, desprestigia al fallecido, lo criminaliza y convierte “en sujeto cómplice de su propia muerte”.

“Las investigaciones deben respetar la dignidad de la persona, estar apegadas a la legalidad, y una vez establecidas las responsabilidades, proceder al castigo de los culpables”, señaló el Prelado.

Asimismo, el comunicado rechaza “el manejo inhumano e indecoroso que de esta situación se ha hecho en algunos medios oficiales de comunicación”. Recuerda que “apenas se están iniciando las investigaciones” y por lo tanto “debe evitarse todo juicio apresurado”.

Asimismo, la CEV indica que “este monstruoso crimen mantiene consternada a toda la población y pone de relieve, una vez más, la grave situación de inseguridad y descomposición moral del país”.

Por su parte, el Primer Vicepresidente de la CEV y Arzobispo de Coro, Mons. Roberto Lückert, advirtió que se “ha prendido un ventilador donde quieren desprestigiar a la Iglesia”, la cual, señaló, no es enemiga del Gobierno.

En ese sentido, criticó las declaraciones del diputado Carlos Escarrá, quien en el programa La Hojilla, de Venezolana de Televisión, dijo que la muerte del sacerdote tenía que ver con su vida privada. “Hay un asesinato y hay que clarificar el crimen, no desprestigiar al pobre sacerdote que además tiene familia”, advirtió Mons. Lückert.

Asimismo, le recordó a Escarrá que como representante del pueblo le toca “velar por la seguridad de los ciudadanos”. Igualmente criticó la actuación del fiscal, quien “enreda más la cabuya”.

Capturan a presunto asesino

El Subdirector del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, comisario Vicente Álamo, anunció que se ha detenido a una persona cuyas características responden a quien sería el asesino del P. Piñango.

“En estos momentos me informaron que tenemos detenida a una persona que por las características y otras informaciones que manejamos, es la que estamos buscando como imputado en el caso del asesinato del Subsecretario de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV)”, indicó Vicente Álamo.

Asimismo, se informó que la camioneta propiedad de la CEV y que conducía el sacerdote fue ubicada en uno de los sótanos de Multicentro Empresarial del Este en Chacao.

Álamo dijo que, según los datos, la camioneta fue dejada a las 05:50 de la madrugada del domingo. Se presume que fue escoltada por otro carro que sería un Chevrolet Aveo color gris. Posteriormente, a las 7:00 a.m. dos personas se acercaron para retirarla sin éxito alguno.

A continuación publicamos el comunicado completo del Episcopado venezolano sobre el asesinato del Padre Jorge Piñango:

COMUNICADO

ANTE EL ASESINATO DEL PADRE JORGE PIÑANGO

1.- Ratificamos plenamente el anterior Comunicado de la Presidencia de la CEV del pasado 24 de abril y agradecemos profundamente las numerosas manifestaciones de condolencia, solidaridad y oración que nos hacen llegar continuamente numerosas personas e instituciones civiles. En medio del dolor que nos embarga, ponemos toda nuestra confianza en el Dios consolador.

2.- Somos discípulos de Aquel que dijo: “Yo soy la verdad” (Cfr. Jn. 14,6). Queremos, ante todo, que resplandezcan la verdad y la justicia. Asumimos, por tanto, la penosa situación presente, con todas sus implicaciones, con entereza y serenidad, y con el corazón absolutamente dispuesto a escuchar a Dios y a descubrir en esta circunstancia su voluntad.

3.- El monstruoso crimen cometido en la persona del Padre Piñango mantiene consternada a toda la población y pone de relieve, una vez más, la grave situación de inseguridad y de descomposición moral en que vive el país.

4.- Hacemos constar que la Conferencia Episcopal Venezolana no ha tenido ninguna participación en la cadena de custodia de los elementos de investigación, el traslado del cadáver desde el lugar donde fue encontrado hasta la Medicatura Forense, ni acceso al respectivo expediente.

5.- Toda investigación tiene un comienzo, un desarrollo y un final. En este caso, apenas se están iniciando las investigaciones del crimen y los mismos organismos oficiales declaran que en esta fase no es mucho lo que pueden aportar. Por consiguiente, debe evitarse todo juicio apresurado, y cualquier opinión debe ser considerada con suma cautela. Todo crimen debe ser investigado a fondo, de manera objetiva.

6.- Rechazamos categóricamente las declaraciones del ciudadano Fiscal General de la República por cuanto, violando la reserva legal de las actuaciones y en contradicción con las primeras declaraciones de testigos, desprestigia al fallecido, a la familia y a la comunidad de los creyentes, criminalizando a la víctima y convirtiéndola en sujeto cómplice de su propia muerte. En relación a este asesinato se han emitido conclusiones en la fase inicial de la misma, contaminado sus resultados. Las investigaciones deben respetar la dignidad de la persona, estar apegadas a la legalidad, y, en consecuencia, una vez establecidas las responsabilidades, proceder al castigo de los culpables. Igualmente rechazamos el manejo inhumano e indecoroso, que de esta situación se ha hecho en algunos medios oficiales de comunicación.

7.- Hacemos un llamado a la ciudadanía a estar alerta, a fin de que ni éste ni otros crímenes, sean manipulados, abierta o sutilmente, ni se forjen expedientes y testimonios con el fin de desprestigiar a personas e instituciones.

8.- Exhortamos a los fieles católicos a mantenerse firmes en la fe y la esperanza cristianas, porque Dios sabe sacar bienes del dolor y el sufrimiento. Este tiempo de Pascua, en el que celebramos la victoria de Jesucristo sobre el mal y la muerte, es un momento particularmente propicio para ratificar nuestro sí a la vida, a la solidaridad con las víctimas de la violencia y con sus familiares, y a la búsqueda incansable del perdón y la paz.

Caracas, 26 de abril de 2006