El Papa Benedicto XVI dirigió a los feligreses ecuatorianos un mensaje con motivo del centenario del Milagro de la Dolorosa, en el que expresa su deseo de que este aniversario ayude a los católicos a “revalorizar su propia identidad”.

El texto, enviado al Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE), Mons. Néstor Herrera, alienta a los feligreses a “consolidar esta devoción a la Virgen María, encomendando a las comunidades eclesiales del Ecuador, para que permanezcan fieles a Cristo en la pureza de la fe”.

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Asimismo, el Papa les pide afianzarse en la esperanza y ser “generosos en la caridad”, para que Santa María “siga siendo para los ecuatorianos la Madre amable e intercesora de las gracias divinas”.

Tras manifestar su esperanza en que esta celebración aliente a los católicos a “seguir construyendo su patria sobre sólidos fundamentos cristianos”, el Papa Benedicto XVI impartió “una especial Bendición Apostólica”.

Como parte de las celebraciones, del 21 al 29 de abril se rezará en diversas iglesias una novena en honor a la Virgen, y el 30 del mismo mes se realizará una procesión desde la iglesia de La Compañía.

Asimismo, los domingos 23 y 30 de abril se celebrará la consagración de niños y niñas a la Madre de Dios, en la iglesia La Dolorosa.

Reina de la Educación Católica ecuatoriana

La historia de la devoción a la Dolorosa del Colegio, como se le llama actualmente, se remonta a la noche del 20 de abril de 1906, cuando 35 alumnos internos del colegio San Gabriel de Quito presenciaron cómo la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, pintada en un cuadro del comedor, abría y cerraba los ojos durante 15 minutos. Según la comunidad jesuita a cargo del centro de estudios, el milagro se repitió durante varios días.

En 1956 el Papa Pío XII declaró a la Madre Dolorosa, representada con lágrimas y el corazón traspasado por siete puñales, como Reina de la Educación Católica