Al presidir la Misa del Domingo de Resurrección en la Catedral Metropolitana, el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera, afirmó que la Resurrección de Cristo “tiene que estar en medio de las expresiones vitales de un pueblo”, pues una fe que no se encarna como cultura de vida no es auténtica.

Según el Primado mexicano el cambio del cristiano debe ser interior, pero también supone una proyección externa en nuestra ambiente. "Por eso la Resurrección de Cristo es muy elocuente, tiene que estar en medio de las expresiones vitales de un pueblo para construir la democracia, que no sólo se da en las elecciones", señaló.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

"No hay que esperar a que otros vengan a cambiar las cosas. Nosotros debemos cambiar, es una actitud cotidiana de corresponsabilidad", indicó el Arzobispo.

Asimismo, el Purpurado señaló que "Cristo es la esperanza para todos los hombres, de los que viven bajo la tensión de las armas, los que entran y salen de nuestras fronteras en busca de una mejor vida y los que viven bajo la persecución religiosa".

Precisó que hay necesidad de tener nuevos agentes evangelizadores para formarlos en el modelo de seguimiento de Cristo, que desencadene una renovada conciencia de la participación social, porque "nuestra sociedad resucitará a una vida más humana y más cristiana, cuando nuestros corazones resuciten".

En otro momento de su homilía, el Cardenal se pronunció contra la superficialidad, la demagogia y el ilusionismo político de los falsos profetas que prometen cosas que saben que no cumplirán.

"Los falsos profetas siempre han existido desde el Antiguo Testamento, en el principio del cristianismo y en los días actuales. Siempre hay gente que promete cosas que sabe que no se van a cumplir, que no son realizables. Es pura demagogia, es puro ilusionismo político", expresó.