Millones de fieles en Polonia y en distintas partes del orbe recordaron ayer al Siervo de Dios, Juan Pablo II, al celebrarse el primer aniversario de su tránsito a la Casa del Padre, con diversas celebraciones y manifestaciones de fe y cariño.
En Polonia, país natal de Juan Pablo II, cientos de miles participaron en numerosas conmemoraciones. A las 21:37 horas, hora exacta en la que falleció el Siervo de Dios, Polonia se paralizó totalmente durante unos instantes, mientras redobló, como hace un año, la Campana de Segismundo de la catedral del Castillo de Wawel, que sólo tañe para marcar los acontecimientos más importantes del país.
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En Wadowice, su ciudad natal, se reunieron a la hora exacta de su muerte unas diez mil personas para una Misa en la plaza. El Obispo Auxiliar de Cracovia, Mons. Jozef Guzdek llamó a tener esperanzas para una rápida beatificación e incluso canonización del fallecido Pontífice.
En la Basílica de la Misericordia Divina, en Lagiewniki, cerca de Cracovia, donde Juan Pablo II fuera por varios años Obispo, se congregaron miles de fieles para escuchar la homilía del Cardenal Stanislaw Dziwisz, su fiel secretario personal. En ella, señaló que “el Papa Wojtyla no dejó en herencia bienes materiales, pero sí nos legó su corazón paternal, siempre abierto y dispuesto a ayudarnos”, y recordó que el gran sueño del Santo Padre siempre fue una Polonia reconciliada, construida por todos.
En Varsovia, se realizó un concierto en memoria del Papa en el que la orquesta sinfónica 'Arturo Toscanini' ejecutó, bajo la batuta del español Plácido Domingo, el 'Réquiem' de Mozart. Miles de varsovianos pudieron escuchar la obra y admirar a sus intérpretes, gracias a las pantallas gigantes que fueron instaladas en la Plaza de Jozef Pilsudski.
En esa plaza, en 1979, el Papa pidió al Espíritu Santo que descendiese para cambiar la faz de la tierra, “de esta tierra”, palabras que se consideran en Polonia como la chispa que prendió un año más tarde la llama de la Solidaridad y condujo, diez años más tarde, a la caída del comunismo.
Los actos del aniversario fueron clausurados con la Misa solemne celebrada en Varsovia por el Primado de la Iglesia en Polonia, Cardenal Jozef Glemp, quien pidió “a la Virgen María que, con la ayuda de Juan Pablo II, que ya pronto será Santo, nos respalden en esa gran obra de hacernos mejores”.
En otras partes del mundo
En La India, el Presidente del Episcopado, Cardenal Telesphore Toppo, afirmó que el Papa reconocía “el valor de las otras religiones e hizo todos los esfuerzos posibles para promover el respeto y la armonía entre los seguidores de otras confesiones”.
En Rusia, se celebró una Misa en la Catedral de la Virgen de la Inmaculada Concepción de Moscú, que fue presidida por el Arzobispo de la ciudad, Mons. Tadeusz Kondrusiewicz, y a la que acudieron unas 600 personas, entre los que se encontraban numerosos embajadores, representantes del Patriarcado de Moscú y de otras religiones.
Mons. Kondrusiewicz señaló que “el difunto Papa rezaba por Rusia y aspiraba con todo el alma fomentar las relaciones con la sociedad rusa y, en especial, con la Iglesia Ortodoxa Rusa. Su carisma unía a todos, creyentes y ateos, y su llamamiento de 'abrir las puestas a Cristo' dio al mundo una nueva esperanza”, precisó el Prelado.
En España, país en el que todas las parroquias recordaron el fallecimiento de Juan Pablo II, el Presidente de la Conferencia Episcopal Española y Obispo de Bilbao, Mons. Ricardo Blázquez, destacó en su homilía que Juan Pablo II fue “una semilla que se sembró abundantísimamente en los surcos de la Iglesia y de la Humanidad” y recordó también las “filas interminables de personas que acudieron hace un año a visitar el cuerpo sin vida del Pontífice y reconocer lo que había hecho”.
Por su parte, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco, presidió una Misa en memoria de Juan Pablo II en la catedral de La Almudena, donde destacó que el Pontífice “ha sido el Papa de la nueva evangelización, del Concilio Vaticano II y de la civilización del amor”. El Purpurado destacó que “su vida al servicio del Pueblo de Dios y de la humanidad fue una constante proclamación de Cristo, Salvador del hombre”, y aseguró que Juan Pablo II permanece “en el recuerdo vivo y agradecido de la Iglesia en España”.
Asimismo, alrededor de un millar de jóvenes y familias se congregaron al mediodía en la madrileña plaza de Colón para homenajear a Juan Pablo II. Dicha plaza fue el último lugar de España en el que el Papa Wojtyla se encontró con los fieles españoles, en mayo de 2003, donde se despidió con las recordadas palabras “Hasta siempre España. Hasta siempre, tierra de María”.
En Alemania, el Arzobispo de Colonia, Cardenal Joachim Meisner, presidió una Misa en la Catedral en la que recordó al Siervo de Dios como un particular “constructor de puentes entre el cielo y la tierra. Quien se encontró alguna vez con Juan Pablo II, experimentó un soplo de eternidad. En sus casi 27 años de pontificado, fue una Columna de la Verdad para el mundo. Juan Pablo II tenía un especial don para relacionarse con los jóvenes, para quienes fue siempre un ancla en medio de los remolinos de este mundo”.
Cardenal Friedrich Wetter la fuerza misionera de Juan Pablo II permanece actuante en la Iglesia hasta nuestros días Defensor de la libertad, la Paz, la Justicia y la Dignidad del ser humano