Al concluir su 86° Asamblea Plenaria, la Conferencia Episcopal Española (CEE) emitió ayer jueves un documento en el que condena la ley de reproducción humana asistida (LRHA), que promueve la clonación y la manipulación genética de seres humanos en el país ibérico.

En un texto titulado “Algunas orientaciones sobre la ilicitud de la reproducción humana artificial y sobre las prácticas injustas autorizadas por la ley que la regulará en España” y presentado por el vocero de la CEE, P. Juan Antonio Martinez Camino, los prelados señalan que “la producción de seres humanos en los laboratorios es una práctica que choca con la dignidad de la persona y que trae consigo numerosos abusos y atentados contra las vidas humanas incipientes, es decir, contra los hijos”.

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Al respecto, el Presidente de la CEE y Obispo de Bilbao, Mons. Ricardo Blázquez, recordó el carácter sagrado e inviolable de la vida humana desde la concepción hasta la muerte, alabó los avances de la ciencia y de la técnica y exigió que “lo científica y técnicamente posible” se atenga también “a la ética que respete la dignidad humana”.

Los prelados españoles explican en sus orientaciones que “la persona es siempre sujeto, fin en sí mismo, y nunca objeto o medio para otro fin. A diferencia de las cosas, las personas no valen más unas que otras, porque el valor de cada una de ellas es, en cierto sentido, absoluto. Las personas, por tanto, no deben ser tratadas nunca como objetos de cálculo o como puros medios para algo” “La dignidad del ser humano exige que los niños no sean producidos, sino procreados”, destacan.

En relación al embrión, los obispos señalan que “es un individuo humano diverso de cualquier otro. Los gametos de la mujer y del varón son células de sus organismos respectivos. Pero cuando un gameto masculino y un gameto femenino se unen, en la fecundación, dando lugar al embrión, aparece una realidad distinta del organismo del padre y de la madre que constituye ya un organismo diverso, es decir, un nuevo cuerpo humano incipiente. Y donde hay un cuerpo humano vivo, hay persona humana, y, por tanto, dignidad humana inviolable”.

Con la afirmación anterior, la CEE busca que quede claro la manipulación e imposición del término “preembrión” que aparece en la LHRA, ya que, según está, “es un embrión de menos de catorce días. Pero ¿significa ese límite temporal que el embrión sería durante ese tiempo primero algo realmente previo a él mismo, como parece sugerirse con poca fortuna en esta definición? En realidad no hay base científica ni filosófica para poder afirmarlo”, destacan.

Luego de afirmar que la LHRA no pone límite eficaz alguno a la producción de embriones en los laboratorios, el Episcopado español asegura que con esto ”se facilita una salida falsa al problema” dado que se permite “la utilización de los embriones congelados para fines de investigación e incluso industriales”. “En definitiva: el embrión es considerado como un mero material biológico, un mero agregado de células sin dignidad humana”, precisan.

“Sólo los (embriones) eventualmente sanos son transferidos o congelados. Es decir, que se selecciona a los enfermos para la muerte y a los sanos para la vida o la congelación: eugenesia”, agregan los prelados y subrayan las nuevas formas de esta práctica como la “producción” de “bebés-medicamento”, es decir, “conseguir un niño que pueda actuar como “donante” compatible para curar a otro hermano suyo enfermo”.

“Será la anunciada Ley de Investigación Biomédica la que, al parecer, permitirá expresamente la clonación terapéutica y entonces, quiérase o no, se habrá dado el tercer paso y se habrá abierto la puerta también a la clonación reproductiva”, advierten luego los obispos españoles.

Para leer el documento completo de la CEE puede acceder a la página web:

http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/Conferencia/reproduccion.htm