Tres años después de la última redada masiva del régimen de Fidel Castro contra los opositores, mientras la cifra de prisioneros políticos asciende a 333, el líder del Movimiento Cristiano Liberación (MCL), Oswaldo Payá Sardiñas, pidió a la comunidad internacional “mayor coherencia moral” con la situación política de la Isla.
En una extensa entrevista concedida a la revista electrónica de la Diáspora Cubana Encuentro en la Red, Payá hizo una evaluación de la situación en Cuba a tres años de la campaña represiva del Gobierno cubano, que envió a la cárcel a más de 45 opositores políticos con penas de hasta 25 años de prisión.
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“Ya hace tres años de aquella jornada que se ha mantenido. Porque no fue un evento que terminó en aquel momento, sino que se ha extendido hasta ahora, puesto que nuestros compañeros están en prisión. No se puede hablar de eso como pasado, sino como un presente que sigue siendo cruel”; explica Payá en la entrevista.
Según el líder del MCL, “estamos en un momento de regresión y en los últimos meses se han recrudecido los actos de repudio, es decir, esos actos fascistas comunistas donde se aterrorizan familias y se les golpea. Además, las visitas de la Seguridad del Estado, casa por casa, a todos los firmantes del Proyecto Varela, para amenazarlos con expulsarlos del trabajo, con negarles salidas del país y con todo lo que pueda amenazar el totalitarismo. Y presionarlos para que se retracten”.
“A algunos, especialmente a mujeres, las han golpeado en la calle, las han literalmente arrastrado cientos de metros; a otros les han hecho actos de repudio colocándole bocinas frente a la casa durante horas; les han dicho que tienen que irse del pueblo, como ocurrió en Puerto Padre, Las Tunas, hace sólo unos días”; explica Payá, para quien “esta es una represión para asfixiar y liquidar al movimiento cívico cubano”.
La comunidad internacional
Payá pide además “la movilización de la comunidad internacional, no solamente a los gobiernos y diputados de los partidos políticos, sino a la sociedad civil, los estudiantes, trabajadores, comunidades religiosas, ciudadanos, que se sensibilizan con otros sucesos o con otras situaciones que consideran injustas en el mundo, pero que, sin embargo, frente a esta situación en Cuba, frente al hecho de que hayan prisioneros políticos, permanecen en silencio o indiferentes”.
“Lo que hay que pedir a la comunidad internacional es que apoye la liberación de los presos políticos cubanos, que la pida, que la demande en las calles, en actos públicos –especialmente a los artistas–, y que apoye las alternativas de cambio pacífico en Cuba, porque el régimen está cerrando las puertas del futuro”.
“Pedimos solidaridad y más coherencia moral. ¿O es que a Cuba la van a seguir viendo sólo a través de un lente ideológico?”, agrega el líder cristiano; quien además denuncia “una inhibición muy fuerte y muy significativa en la prensa extranjera acreditada en Cuba. Eso es algo que pone en desventaja no sólo a la disidencia, sino a todo el pueblo de Cuba; porque para el mundo lo que ocurre en Cuba es lo que dice la prensa internacional, que se supone que es libre e imparcial; pero tampoco ésta se libra de la enorme presión que recibe”.
La Iglesia en Cuba
Respondiendo una pregunta sobre las declaraciones del Cardenal Renato Martino respecto a que la Iglesia ya no está reprimida en Cuba; Payá señala que “”no voy a hablar ni de mensajes ni de declaraciones de la Iglesia local, ni del Vaticano. Pero puedo hablar de mi experiencia y de mi realidad. Esta opresión no sólo alcanza a las iglesias y los creyentes, sino que tiene un componente especial dedicado a nosotros”.
Por una parte, dice el líder del MCL, “hay cierta libertad de culto y ciertos espacios dentro de los templos y de las instituciones religiosas”; pero por otra “no hay que olvidarse, porque en muchas comunidades es palpable, de agentes que van permanentemente a escuchar las Misas, y en algunos casos a hacerse visibles, y esto intimida a las comunidades. Aunque esto no es público, tengo que hablar, porque lo conozco, sobre cuántas religiosas y religiosos son víctimas de amenazas, de llamadas por teléfono, de chantajes”.
Payá destaca “la solidaridad humana de comunidades religiosas, sacerdotes, monjas, con los familiares de los prisioneros”; pero por otra parte, “yo, como católico, siempre he sido del pensamiento que a la Iglesia le corresponde una actitud más comprometida en defensa de los derechos humanos y en el profetismo, y lo digo como católico comprometido”.
“Pero los laicos que quieran tomar esa actitud con la sociedad y con su pueblo, sólo tienen que hacerlo. Porque nunca he sido partidario de actuar –aunque esté inspirado como cristiano– bajo la identidad de la Iglesia, ni tomar la Iglesia como trinchera política, ni hacer una identificación entre un movimiento, un programa o personalidad, por buena que sea su obra, y la Iglesia”.
“Siempre –señala Payá– he defendido esa distinción de plano, porque todo en lo político y en lo social es opinable. Y cuando una persona o un grupo quieren comprometer a la Iglesia, o actúan desde la Iglesia, ya sea abiertamente o no, entonces están identificando a la Iglesia con lo que puede ser una opción muy legítima, pero sólo una opción que no tiene que ser la opción de la Iglesia”.
El Exilio Cubano
Finalmente, al hablar del exilio cubano, el disidente católico destacó que “nunca hemos hablado del pueblo de Cuba sin tener una conciencia muy clara de que el exilio es parte de este pueblo. Digo esto, porque hay que distinguir entre el exilio siempre positivo, solidario, que es el pueblo de Cuba que peregrina fuera de la Isla, y las opiniones y posiciones de algunas personas y de algunos grupos, que tienen mucho derecho a tenerlas, pero que a veces hablan en nombre del exilio como el mismo Gobierno cubano habla en nombre del pueblo de Cuba”.
Por tanto, "nosotros tenemos confianza en el exilio, al que llamo diáspora porque nunca han aceptado, y así debe ser, la situación de vivir desterrados como normal y definitiva. Este exilio, o diáspora, creo que también debe ser mejor informado sobre la realidad cubana y sobre el momento que está viviendo el pueblo”, concluyó.