Hoy por la mañana el Papa Benedicto XVI presidió la Celebración Eucarística para los trabajadores en la Basílica de San Pedro recordándoles que los “no” de los mandamientos son “si” al crecimiento de una auténtica libertad y que estos son testimonio del amor de Dios por los hombres.
Al iniciar su homilía el Pontífice hizo referencia a la primera lectura, concretamente a los mandamientos, afirmando que estos “son el medio que el Señor nos dona para defender nuestra libertad, tanto de los condicionamientos internos de las pasiones como de los abusos externos de los malintencionados”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Seguidamente explicó que “los ‘no’ de los mandamientos son ‘si’ al crecimiento de una auténtica libertad” y que “el Decálogo es un testimonio del amor de predilección” de Dios por el ser humano.
Asimismo, afirmado que “Cristo ha revelado la sabiduría y el amor de Dios mediante el misterio de la Cruz”, recordó que “la dolorosa y escandalosa muerte de Cristo sería coronada por el triunfo de la gloriosa resurrección”.
El Santo Padre hizo también referencia al trabajo, recordando que este “reviste primaria importancia para la realización del hombre y para el desarrollo de la sociedad, y para esto es necesario que este sea siempre organizado y desarrollado en el pleno respeto de la humana dignidad y al servicio del bien común”.
“Al mismo tiempo- continuó- es indispensable que el hombre no se deje someter por el trabajo, que no lo idolatre, pretendiendo encontrar en este el sentido último y definitivo de la vida”.
Y en este contexto hizo referencia al día de descanso, afirmando que “el reposo abre la perspectiva de una libertad más plena, aquella del sábado eterno. El reposo conciente a los hombres recordar y de revivir las obras de Dios, desde la Creación a la Redención, de reconocerse ellos mismos como obra Suya, de dar gracias por la propia vida y de la propia subsistencia a Él, que es el Autor”.
Finalmente dijo: “es necesario vivir una espiritualidad que ayude a los creyentes a santificarse a través del propio trabajo, imitando a san José, que cada día ha debido proveer a las necesidades de la Santa Familia con sus manos”.