El Arzobispo de Valencia, Mons. Agustín García-Gasco, instó a los españoles a defender la dignidad de la vida humana en todas sus edades y denunció la "maniobra lingüística impulsada por algunos grupos que utiliza el término pre-embrión para burlar la dignidad del ser humano más vulnerable”.
Al recordar que todos hemos sido embriones, el Prelado denunció que “la sociedad que trata a un embrión humano como a un embrión de un cerdo acabará fomentando actitudes en las que dicha confusión llegará a otras etapas de la vida, especialmente las más vulnerables".
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En su carta semanal titulada “El ser humano, intocable en todas sus edades”, Mons. García-Gasco rechazó que se destruyan embriones humanos para seleccionar otros que permitan la curación de enfermedades y expresó que así como "no es lícito suprimir al niño que en la gestación manifiesta dolencias o enfermedades, tampoco lo es generar hijos expuestos a la destrucción para sanar a un hermano".
“La medicina debe investigar remedios que no supongan poner entre paréntesis la dignidad y el derecho a la vida de ningún niño o niña”, ya que “ningún ser humano es dueño de la vida de otro”, anotó.
El Arzobispo de Valencia indicó que “el compromiso por los derechos del niño está amenazado si se extiende en nuestra cultura una triple fractura: la separación entre el niño nacido y el no nacido; entre el sano y el enfermo; entre los derechos del niño y la verdad de la familia".
Agregó que “las semanas de vida que transcurren desde la concepción ni añaden ni menguan dignidad en la persona, ya que el ser humano es un ser histórico y desde el primer momento en que cuenta con un código genético es un proyecto único y singular de vitalidad inalienable, que exige por parte de todos consideración y respeto".
Finalmente, Mons. García-Gasco señaló que es imprescindible que los derechos de los niños y niñas sean protegidos y que se articule un verdadero reconocimiento público del valor de la infancia en todos los países".