En el Mensaje a los jóvenes del mundo, con ocasión de la XXI Jornada Mundial de la Juventud 2006 que se celebrará el próximo 9 de abril, Domingo de Ramos, y que se hizo público hoy, el Papa Benedicto XVI expresó la urgencia de que “surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por todas partes”.

El tema propuesto por el Santo Padre: "Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero" es un versículo del Salmo 118 del que el Papa Juan Pablo II afirmó: “el orante se derrama en alabanza de la Ley de Dios, que toma como lámpara para sus pasos en el camino a menudo oscuro de la vida".

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Dirigiéndose a los jóvenes de todo el mundo, el Papa señaló que "no es fácil reconocer y encontrar la auténtica felicidad en el mundo en que vivimos, en el que el hombre a menudo es rehén de corrientes ideológicas, que lo inducen, a pesar de creerse ‘libre’, a perderse en los errores e ilusiones de ideologías aberrantes. Urge liberar la libertad’, iluminar la oscuridad en la que la humanidad va a ciegas".

“Jesús ha mostrado cómo puede suceder esto: ‘Si os mantenéis en mi Palabra, seréis verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. El Verbo encarnado, Palabra de Verdad, nos hace libres y dirige nuestra libertad hacia el bien’, indicó el Pontífice.

La Palabra: “Arma” en la lucha espiritual

Al respecto, el Papa invitó a lo jóvenes a meditar “a menudo la palabra de Dios” y a dejar “que el Espíritu Santo sea vuestro maestro”. Así, continuó, “descubriréis entonces que el pensar de Dios no es el de los hombres; seréis llevados a contemplar al Dios verdadero y a leer los acontecimientos de la Historia con sus ojos".

Al resaltar la eficacia de la Palabra de Dios como “antorcha que disipa las tinieblas del miedo e ilumina el camino, también en los momentos más difíciles", el Santo Padre pidió considerarla como un "arma" indispensable en la lucha espiritual. “Ésta actúa eficazmente y da fruto si aprendemos a escucharla para obedecerle después. El secreto para tener un "corazón que entienda" es formarse un corazón capaz de escuchar. Esto se consigue meditando sin cesar la palabra de Dios y permaneciendo enraizados en ella, mediante el esfuerzo de conocerla siempre mejor".

Lectio divina

Así, el Pontífice exhortó a los jóvenes a “a adquirir intimidad con la Biblia para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. Una vía muy probada para profundizar y gustar la palabra de Dios es la "lectio divina", que constituye un verdadero y apropiado itinerario espiritual en etapas”.

“De la ‘lectio’, que consiste en leer un pasaje de la Sagrada Escritura tomando los elementos principales, se pasa a la ‘meditatio’, en la que el alma se dirige hacia Dios intentando comprender lo que su palabra dice hoy para la vida concreta. Sigue la ‘oratio’, que hace que nos entretengamos con Dios en el coloquio directo, y finalmente se llega a la ‘contemplatio’, que nos ayuda a mantener el corazón atento a la presencia de Cristo”, explicó el Santo Padre. "La lectura, el estudio y la meditación de la Palabra tienen que desembocar después en una vida de coherente adhesión a Cristo y a su doctrina del tiempo", añadió.

Nueva generación de jóvenes apóstoles

Más adelante, Benedicto XVI pidió a la juventud "construir la vida sobre Cristo, acogiendo con alegría la palabra y poniendo en práctica la doctrina: ¡He aquí, jóvenes del tercer milenio, cuál debe ser vuestro programa!

“Es urgente que surja una nueva generación de apóstoles enraizados en la palabra de Cristo, capaces de responder a los desafíos de nuestro tiempo y dispuestos a difundir el Evangelio por todas partes. ¡Esto es lo que os pide el Señor, a esto os invita la Iglesia, esto es lo que el mundo –aun sin saberlo– espera de vosotros! Y si Jesús os llama, no tengáis miedo de responderle con generosidad, especialmente cuando os propone seguirlo en la vida consagrada o en la vida sacerdotal. No tengáis miedo; fiaos de Él y no quedaréis decepcionados", exhortó el Papa.

Rumbo a Sydney 2008

En su mensaje, el Papa señaló que con la XXI Jornada Mundial de la Juventud 2006, “emprenderemos una peregrinación ideal hacia el encuentro mundial de los jóvenes, que tendrá lugar en Sydney en el mes de julio de 2008".

"Nos prepararemos para esta gran cita reflexionando juntos sobre el tema ‘El Espíritu Santo y la misión’, a través de etapas sucesivas. En este año concentraremos la atención en el Espíritu Santo, Espíritu de verdad, que nos revela Cristo. El año siguiente, 2007, meditaremos sobre un versículo del Evangelio de San Juan: ‘Como yo os he amado, así amaos también vosotros los unos a los otros’ y descubriremos aún más profundamente cómo el Espíritu Santo es Espíritu de amor, que infunde en nosotros la caridad divina y nos hace sensibles a las necesidades materiales y espirituales de los hermanos. Por último, llegaremos al encuentro mundial del año 2008, que tendrá como tema: ‘Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos’”, afirmó el Santo Padre.

"Desde ahora, en un clima de incesante escucha de la palabra de Dios, invocad, queridos jóvenes, al Espíritu Santo, Espíritu de fortaleza y de testimonio, para que os haga capaces de proclamar sin temor el Evangelio hasta los confines de la tierra", concluyó el Pontífice.

http://www.aciprensa.com/Docum/benedictoxvi/documento.php?id=79