Al rezar hoy el Ángelus dominical desde la ventana de su estudio con miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI indicó que la Cuaresma debe ser vivida con el espíritu nuevo de quien encuentra en Jesús el sentido de la vida.
Tras recordar la proximidad de la Cuaresma, que se inicia este miércoles, el Santo Padre recordó que, como indica el Evangelio, Cristo “tendrá que ser rechazado y asesinado por los suyos: en aquel momento, durante su pasión y su muerte, vendrá el momento del luto y del ayuno”.
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De este modo “el episodio evangélico anticipa el significado de la Cuaresma. Esta, en su conjunto constituye un gran memorial de la pasión del Señor, en preparación para la Pascua de Resurrección”.
Más adelante, el Papa afirmó que “el tiempo de Cuaresma no es afrontada con un espíritu ‘viejo’, como si fuese algo pesado y fastidioso, sino con el espíritu nuevo de quien ha encontrado en Jesús y en su misterio pascual el sentido de la vida, y advierte que todo debe referirse a Él”.
Antes de proseguir con el rezo de la oración mariana, el Pontífice recordó a la “guía y maestra María Santísima”, quien siguió a Jesús “con fe total. Y así, aquella gracia que Ella misma, con instinto de Madre, había solicitado para los esposos de Caná, la recibió primero que todos bajo la Cruz, versada por el Corazón atravesado del Hijo, encarnación del amor de Dios por la humanidad”.
Después del Ángelus, Benedicto XVI saludó en diversos idiomas a los peregrinos presentes y, finalmente, impartió su Bendición Apostólica.