Hoy por la tarde (hora local) el Papa Benedicto XVI visitó el Pontificio Seminario Mayor Romano con ocasión de la Fiesta de la Virgen de la Confianza, Patrona de este centro de formación, y recordó a los presentes que es Cristo quien los ha llamado y que María es la Madre de toda vocación.
Tras referirse al Seminario como “uno de los lugares más importantes de la diócesis”, el Santo Padre manifestó su alegría por encontrarse “donde vosotros rezáis, estudiáis y vivís en fraternidad, preparándoos para el futuro ministerio pastoral”.
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El Papa indicó que el patrocinio de la Virgen de la Confianza tiene un doble significado: “la confianza de los seminaristas, que con su ayuda realizan su camino de respuesta a Cristo que los ha llamado y la confianza de la Iglesia de Roma, y especialmente a su Obispo, que invoca la protección de María, Madre de toda vocación”.
“Cuando hace poco -prosiguió- me he recogido en oración delante de la venerable imagen de la Virgen de la Confianza en vuestra capilla, he rezado por cada uno de vosotros. Pensaba en los muchos seminaristas que han pasado por el Seminario Romano y que después han servido con amor a la Iglesia de Cristo. Pensaba, entre otros, en Don Andrea Santoro. Y así he invocado a la Madre del Redentor para que os obtenga también a vosotros el don de la santidad”.
Seguidamente, el Santo Padre hizo referencia a San José, recordándolo como un “hombre justo, plenamente responsable delante de Dios y de María. Él aparece siempre atento a la voz del Señor, que guía los hechos de la historia y está listo a seguir sus indicaciones; siempre fiel, generoso y destacado en el servicio; maestro eficaz de oración y de trabajo”.
Al final de su discurso el Papa recordó una frase de Benedicto XV: “Mater mea, fiducia mea”, y, tras exhortar a que estas palabras se impriman en el corazón de los seminaristas, dijo: “Así podréis difundir en torno a vosotros, donde quiera que estéis, el perfume de la confianza de María, que es la confianza en el amor fiel de Dios”.