Hoy miércoles el Papa Benedicto XVI recibió en la Basílica Vaticana a cientos de estudiantes italianos y seguidamente presidió la Audiencia General en el Aula Pablo VI, donde pidió a todos rezar por el ministerio que Dios le ha confiado para que lo sostenga en el servicio cotidiano a toda la Iglesia.
Antes de dirigirse al Aula Pablo VI el Papa se encontró con un nutrido grupo de estudiantes provenientes de diversas escuelas católicas romanas y los exhortó a que “mirando la Cátedra de San Pedro”, se vean “estimulados a nutrir la vida personal y comunitaria de la fe fundada sobre el testimonio de Pedro y de los otros Apóstoles”.
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Ya en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI hizo una catequesis sobre la “Cátedra de San Pedro”, recordando que “el Obispo está llamado a custodiar y transmitir” a la comunidad cristiana “la enseñanza evangélica”.
El Pontífice afirmó que “la Providencia condujo a Pedro a Roma, donde concluyó con el martirio su carrera al servicio del Evangelio. Por esto la sede de Roma, que había recibido el mayor honor, recogió también el honor confiado por Cristo a Pedro de estar al servicio de todas las Iglesias particulares para la edificación y la unidad de todo el Pueblo de Dios”.
Resaltando la importancia de Roma como la sede del sucesor de Pedro, el Papa recordó a los “más antiguos Padres de la Iglesia, como por ejemplo San Ireneo, el cual describía a la Iglesia de Roma como ‘la más grande y más antigua, reconocida por todos;… fundada y constituida en Roma por los dos gloriosísimos apóstoles Pedro y Pablo. Con esta Iglesia, por su eximia superioridad, debe configurarse la Iglesia Universal, es decir, los fieles donde sea que estén”.
“La Cátedra del Obispo de Roma –continuó– representa por lo tanto no sólo su servicio a la comunidad romana, sino su misión de guía de todo el Pueblo de Dios”.
Asimismo hizo notar que “celebrar la ‘Cátedra’ de Pedro significa, por lo tanto, atribuir a esta un fuerte significado espiritual y reconocerla como signo privilegiado del amor de Dios, que quiere reunir a toda su Iglesia y guiarla por la vía de la salvación”.
Al manifestar su predilección por una cita de San Jerónimo, el Papa la recordó y afirmó: “yo no sigo más primado que el de Cristo; por eso estoy en comunión con tu beatitud, esto es, con la Cátedra de Pedro. Yo sé que sobre esta piedra ha sido edificada la Iglesia”.
Finalmente el Santo Padre invitó a todos los fieles a “rezar de modo particular por el ministerio que Dios me ha confiado, pidiendo al Espíritu Santo que, con su luz y su fuerza, me sostenga en el servicio cotidiano a toda la Iglesia”.
Seguidamente leyó un resumen de la catequesis en diversas lenguas, saludó a los diversos grupos de peregrinos presentes, entonó el Pater Noster e impartió la Bendición Apostólica.