En una entrevista concedida a Análisis Digital, el Presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida, Mons. Juan Antonio Reig Pla, denunció que la Ley de Reproducción Humana Asistida (LRHA) aprobada el pasado jueves en el Congreso de los Diputados, facilita el “suicidio silencioso e inexorable de nuestra civilización”.
A juicio del Obispo de Cartagena, este proyecto “no es sólo inicuo, sino que puede constituirse en una verdadera arma de destrucción masiva de vidas humanas, así como de la integridad psicológica de los que sobrevivan a ella”.
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“Estamos hablando de un Proyecto de Ley que introduce innumerables propuestas que vulneran el derecho natural; sin embargo, sin ser exhaustivos, podríamos destacar, al menos, diez atentados contra los más elementales derechos humanos”, explicó el Prelado.
Mons. Reig destacó que la nueva normativa “permite la ‘producción’ de seres humanos”; facilita “las conductas homicidas” al permitir “la producción de miles de embriones llamados ‘sobrantes’ que son congelados y condenados a un destino incierto”; y permite determinar “arbitrariamente quién merece ser considerado persona y quién no” reduciendo al ser humano en sus dos primeras semanas de vida a simple material biológico.
El Obispo criticó la manipulación del lenguaje con el fin de manipular las conciencias y el derecho con el uso de falaces términos como “preembrión”.
Holocausto silencioso
Más adelante, el Prelado lamentó que la ley “otorga a algunos la capacidad de ser dueños de la vida y de la muerte”, pues “otorga al equipo médico y a la Comisión Nacional de Reproducción Humana Asistida el poder de decisión sobre la existencia de las personas”. A la luz de los datos estadísticos oficiales, hasta la fecha, estamos hablando ya de un verdadero “holocausto silencioso”.
Al permitir, señaló el Prelado, la producción de los “bebé medicamento”, “producidos” con el objeto de curar a otros con parte de su material biológico o sencillamente investigar con ellos, se “introduce el peligroso precedente de que el fin justifica los medios”.
Asimismo, el Obispo criticó que con la LRHA queda abierta la puerta a la clonación humana, denominada “terapéutica”.
Relaciones incestuosas, bioadulterio e “incesto genético”
Al explicar sus objeciones a la nueva ley, el Obispo señaló que “todo ser humano tiene derecho a conocer a su padre y a su madre y, cuando no es así, entre otras graves consecuencias de carácter psicológico y moral, se posibilitan las relaciones sexuales incestuosas”.
Esta ley contempla, continuó, “la posibilidad de producción de seres humanos con el fin deliberado de donarlos, como si de objetos se tratara, perpetrando otra gran injusticia: privarles deliberadamente del derecho a conocer y ser educados por su padre y por su madre”.
De este modo, se sientan las bases “de una sociedad sin padres y en especial sin la figura paterna, lo que constituye un gravísimo atentado contra la integridad psicológica de los hijos”. “Todo esto provocará, entre otras consecuencias, diversos trastornos psicológicos, el aumento de personas con inclinación homosexual y los suicidios”.
Asimismo, “al no conocer estas personas los propios orígenes, se puedan dar relaciones sexuales incestuosas entre ascendientes y descendientes directos o entre hermanos, todo ello de consecuencias biológicas y psicológicas impredecibles.
A juicio del Obispo, esta ley también posibilita el “bioadulterio” y el “incesto genético”. Al respecto dijo que “resulta siempre inmoral la donación, no sólo de embriones, sino también de gametos, los cuales expresan la identidad y unicidad de la persona de la que proceden. Dicho de otra manera: conjugar un gameto de uno de los esposos con otro gameto que no sea de su cónyuge constituye lo que podríamos llamar un auténtico “bioadulterio”.
http://www.aciprensa.com/vida/entrevpla.htm