En el año 2003 la ordenación como obispo de Gene Robinson, el primer homosexual nombrado prelado episcopaliano, causó una profunda división en la comunión anglicana. Esta semana, su nombre vuelve a ser noticia tras anunciar que ingresará a rehabilitación por su declarado alcoholismo.
“Les escribo desde un centro de tratamiento por alcoholismo, a donde ingresé el 1 de febrero con el apoyo de mi pareja (homosexual), hijas y colegas para enfrentar mi creciente dependencia del alcohol”, sostiene la nota de Robinson difundida por correo electrónico en la diócesis episcopaliana de New Hampshire.
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La noticia tomó por sorpresa a sus más cercanos colaboradores que no se habían percatado de su adicción. Robinson, divorciado hace 14 años y envuelto en una relación homosexual, reveló que había lidiado con el alcoholismo desde hacía años y que lo había considerado “una falta de voluntad o disciplina de mi parte, más que una enfermedad sobre la cual mi cuerpo no tenía control, a menos que dejara de beber del todo”.