El Obispo de Málaga, Mons. Antonio Dorado, comentó la primera Encíclica del Papa Benedicto XVI “Deus Caritas Est” y afirmó que “amar es la actitud que nos hace más humanos y más grandes, pero no es cometido fácil, porque nuestro corazón está tentado por el egoísmo, el orgullo y el ansia de dominar”.
Para el Prelado, no es frecuente escuchar las afirmaciones que hace San Pablo en su carta sobre el amor y “una interpretación sesgada de ese amor ha podido inducir a un sometimiento y a una resignación en las relaciones de la pareja, que nada tiene que ver con el Evangelio”.
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“El amor evangélico, es nuestra meta –aseguró Mons. Dorado– pero somos humanos y vivimos con los pies en la tierra”. Asimismo, el Obispo de Málaga consideró que “la paciencia, el perdón y la comprensión, que son dimensiones fundamentales del amor evangélico, no pueden servir para someter al otro, mermarle su dignidad e impedirle su desarrollo armonioso, porque el amor sólo es tal cuando nos dignifica y nos ayuda a ser libres”.
El Prelado recordó las palabras del Papa Benedicto XVI: “La persona tampoco puede vivir exclusivamente del amor oblativo, descendente. No puede dar únicamente y siempre, también debe recibir. Quien quiere dar amor, debe a su vez recibirlo como don”.
“Estas palabras, llenas de sabiduría y realismo, son un toque de atención para los esposos a quienes les recuerda que el amor necesita ejercitarse cada día mediante gestos mutuos, sencillos y cargados de ternura, que facilitan la alegría de dar la vida por el otro y la percepción de sentirse queridos”, destacó Mons. Dorado y añadió que “el amor no nace del esfuerzo de la voluntad, sino que se recibe como don gratuito y aumenta a medida que se da a manos llenas”.