Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI rezó el Ángelus dominical y exhortó a los presentes a tener siempre claro que el verdadero médico de la humanidad es Cristo mismo.
Al introducir la oración mariana, el Santo Padre recordó la celebración, el día de ayer, de la Jornada Mundial de los Enfermos (JME), y afirmó que “la enfermedad es una dimensión típica de la condición humana”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
A continuación citó al santo de Hipona, San Agustín, quien dice: “¡Ten piedad de mí, Señor! Mira: no te escondo mis heridas. Tú eres el médico, yo soy el enfermo; tú eres misericordioso, yo el mísero”.
“Cristo -dijo el Pontífice- es el verdadero ‘médico’ de la humanidad, que el Padre celeste ha enviado al mundo para curar al hombre, marcado en el cuerpo y en el espíritu por el pecado y por sus consecuencias”.
Recordando el evangelio de la Misa de hoy, el Papa explicó que allí “está concentrada toda la historia de la salvación: aquel gesto de Jesús, que extiende la mano y toca el cuerpo herido de la persona que lo invoca, manifiesta perfectamente la voluntad de Dios de sanar a su criatura caída, restituyéndole la vida ‘en abundancia’, la vida eterna, plena, feliz”.
“Cristo es ‘la mano’ de Dios dirigida a la humanidad, para que pueda salir de las arenas movedizas de la enfermedad y de la muerte, ponerse en pie sobre la roca firme del amor divino”, dijo el Papa.
Antes de proceder a rezar el Ángelus, Benedicto XVI confió a “María Salus infirmorum a todos los enfermos, de modo especial a aquellos que, en todas partes del mundo, además de la falta de salud, sufren también la soledad, la miseria y la marginación”.