El Arzobispo de Salta, Mons. Antonio Cargnello, recordó, en referencia a las acusaciones falsas contra el Obispo de Añatuya, que “la difamación es un pecado mortal y grave” y consideró injusto que la fama de una persona quede lesionada por una falsa denuncia o por la forma en que la acusación es presentada en los medios de comunicación.
Durante una Misa en la catedral local, el Arzobispo salteño lamentó el caso del Obispo de Añatuya, Mons. Adolfo Uriona, quien fuera acusado de “abuso deshonesto” por una mujer que viajaba junto a él en un bus de larga distancia.
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“No puedo callar, queridos hermanos, mi unidad con Mons. Uriona –manifestó el Prelado–. Ustedes conocen la noticia; gracias a Dios los diarios han publicado, también, el mensaje que Él ha dado, donde testifica su inocencia. Nos duele porque en el tratamiento de la noticia se percibe la inclinación de denunciarlo porque es Obispo, aunque sea falsa la denuncia”.
Mons. Cargnello insistió en que es “injusto cuando se trata, así, sin dar la posibilidad desde un primer momento a una defensa o a una noticia justa y lo más veraz posible”.
la fama queda lesionada