Concluida la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI recordó al P. Andrea Santoro, el sacerdote italiano asesinado el domingo pasado en Turquía, y pidió que el sacrificio de su vida “contribuya a la causa del diálogo entre las religiones y de la paz entre los pueblos”.
Tras referirse al misionero romano con estas palabras improvisadas, las más de ocho mil personas congregadas en el Aula Pablo VI rompieron en un largo y caluroso aplauso. "Que el Señor acoja el alma de este silencioso y valiente servidor del Evangelio”, añadió el Papa.
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Benedicto XVI señaló que precisamente ayer por la tarde le llegó "una preciosa carta" de del P. Santoro, escrita el 31 de enero, junto a la pequeña comunidad cristiana de la parroquia de Santa María. "Es un emocionante testimonio de amor y de adhesión a Cristo y a su Iglesia. Pero, sobre todo, es el espejo de su alma sacerdotal y de su compromiso por los más abandonados".
Además de esta carta, el Papa dijo que había recibido otra de las mujeres de la parroquia donde servía el misionero, en la que, aseguró, "me invitan a ir". También esta misiva, concluyó, es un testimonio 'de entrega y de amor por Cristo'.