El Papa Benedicto XVI lamentó el asesinato del sacerdote italiano Andrea Santoro ocurrido este domingo en Turquía mientras rezaba en la iglesia en la que acababa de celebrar Misa y expresó su deseo de que la “sangre derramada sea semilla de esperanza para construir una auténtica fraternidad entre los pueblos”.
Según una testigo presencial, identificada como Loredana Palmieri, voluntaria laica que ayudaba al misionero, éste fue víctima de dos disparos de bala perpetrados por un hombre que, mientras disparaba, gritó en árabe “Alá es grande”. El sacerdote era un misionero de la familia espiritual de Charles de Foucauld.
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En un telegrama enviado al Cardenal Camillo Ruini, Vicario General para la diócesis de Roma de la que don Andrea -de 60 años- era misionero “fidei donum”, el Santo Padre expresó que al mismo tiempo eleva “oraciones fervientes de sufragio por el valiente testigo del Evangelio de la caridad”.
Asimismo, el Pontífice impartió “de todo corazón la consoladora bendición apostólica a los familiares, en particular, a la anciana madre, tan dolorida, y a cuantos lloran su muerte violenta".
En otro telegrama dirigido al Obispo Luigi Padovese, vicario apostólico de Anatolia (Turquía), Benedicto XVI resaltó la generosidad y dedicación apostólica con que el sacerdote llevaba a cabo su ministerio "en favor del Evangelio y al servicio de las personas necesitadas y marginadas".
Finalmente, el Santo Padre expresó su "particular cercanía a esta comunidad cristiana, reafirmando la firme condena de toda forma de violencia".