Después que un incendio de considerable envergadura destruyera ayer la sede del Obispado de la diócesis de Tenerife, su Obispo, Mons. Bernardo Álvarez, declaró que entiende este doloroso suceso como una invitación de Dios a realizar un “episcopado desde la pobreza”.
“Dios de los males saca bienes”, dijo el Prelado a una radio local y pidió apoyo moral y material a las instituciones y personas de las islas porque “un obispado es algo más que un edificio, lo que implicará un esfuerzo enorme”.
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Asimismo, el Obispo agradeció las muestras de solidaridad de todos los tinerfeños y las llamadas de apoyo de sacerdotes y amigos de toda España.
Mons. Álvarez dijo que, dejada atrás la conmoción del momento, le ha pedido a Dios “mucha paciencia”. Ayer, durante los momentos más críticos del incendio, comentó el Prelado, “recordé al santo Job para darme confianza por encima de todo, ya que el resto, los bienes materiales, se ha perdido todo”.
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