Quince mil personas, más del doble de participantes del año pasado, colmaron las calles de San Francisco durante la marcha por la vida del domingo, en la que caminaron detrás de una gran pancarta en la que se podía leer “el aborto daña a las mujeres”.
“Estamos construyendo un momento”, indicó una de las organizadoras de la marcha, Dolores Meehan, en referencia al control de la policía. “No es sólo un evento, es un movimiento”, añadió.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El recorrido de casi cuatro kilómetros es una manera de solidarizarse con las mujeres que alguna vez han abortado o que necesitan ayuda con sus embarazos, y para el evento se ha adoptado el lema de las Feminists for Life of America (FFL), “La mujeres merecen algo mejor que el aborto”.
Los oradores de este evento fueron la presidenta de FFL, Serrin M. Foster, el ministro negro Clenard Childress, la columnista Star Parker, el representante de la comunidad latina, Alfredo Abarca; y Carol Crossed de Democrats for Life.
Parker, una madre que se sometió a cuatro abortos, señaló que el cambio está en camino y añadió que “hoy nos oponemos al aborto y afirmamos que podrá ser legal, pero no está bien que entremos en el vientre materno, que busquemos en él y que destruyamos la vida que hay en él. ¡Esto no puede durar para siempre!”
Foster le dijo a la multitud, conformada en gran parte por universitarias y chicas de secundaria, que la mitad de los abortos que se realizan en el país lo sufren las mujeres de esa edad. “Nos dolemos con una generación que sabe que un tercio de sus congéneres ya no están con nosotros”.
De otro lado, Childress, fundador de BlackGenocide.org, afirmó que la participación de las personas presentes constituía un llamado para tomar conciencia en contra del aborto y a favor de la vida. “Por eso levanto mi voz, por eso vienen ustedes, para que podamos detener esta masacre de inocentes, ponerle fin a la guerra del no nacido”.
El año pasado la marcha resistió las agresiones de cerca de mil abortistas quienes escupían, lanzaban huevos y preservativos a los participantes. En esta oportunidad, sólo fueron unos cientos los que se apostaron a los lados de las calles para molestar; acción que los pro-vida ignoraron.