Al hablar este lunes en el Congreso sobre la Caridad organizado por el Pontificio Consejo “Cor Unum”, el Papa Benedicto XVI explicó importantes claves de lectura de su próxima Encíclica “Deus Caritas est” (Dios es Amor), que se hará pública el miércoles 25 de enero.

El Pontífice explicó que la minusvaloración de la palabra y el concepto amor en el mundo de hoy “me ha llevado a elegir el amor como tema de mi primera encíclica. Quería intentar expresar para nuestro tiempo y existencia algo parecido a lo que Dante recapituló en su visión”.

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“Así, en esta encíclica, los temas Dios, Cristo y Amor están fusionados como guía central de la fe cristiana”, agregó.

El Pontífice destacó que “una primera lectura podría suscitar la impresión de que se divide en dos partes poco unidas entre sí: una primera teórica, que habla de la esencia del amor, y una segunda que trata de la caridad eclesial, de las organizaciones caritativas. A mí me interesaba la unidad de los dos temas, que solo se entienden bien si se ven como una cosa única”.

Benedicto XVI explicó que “partiendo de la imagen cristiana de Dios, había que mostrar cómo el ser humano es creado para amar y cómo este amor que inicialmente aparece sobre todo como ‘eros’ entre hombre y mujer, después debe transformarse interiormente en ‘ágape’, en don de sí al otro”.

“Primero era necesario tratar de la esencia del amor como se nos presenta a la luz del testimonio bíblico. Partiendo de la imagen cristiana de Dios, era necesario ver cómo el hombre es creado para amar y cómo este amor, que inicialmente aparece sobre todo como eros entre hombre y mujer, debe después interiormente transformarse en ágape, en don de sí al otro; y ello precisamente para responder a la verdadera naturaleza del eros”, precisó el Papa.

"Sobre esta base era necesario esclarecer que la esencia del amor de Dios y del prójimo descrito en la Biblia es el centro de la existencia cristiana, es el fruto de la fe”, destacó.

Después, sin embargo, continuó explicando el Santo Padre, quise “en una segunda parte, evidenciar que el acto personal del ágape jamás puede ser solamente individual, sino que debe convertirse en un acto esencial de la Iglesia como comunidad: necesita también de la forma institucional que se expresa en el actuar comunitario de la Iglesia”.

Benedicto XVI aclaró que “la organización eclesial de la caridad no es una forma de asistencia social que se añade casualmente a la realidad de la Iglesia, como una iniciativa que se podría dejar también a los otros. Ella forma parte, en cambio, de la naturaleza de la Iglesia".

Al explicar el sentido de la segunda parte de su encíclica, señala que “como al Logos divino corresponde el anuncio humano, la palabra de la fe, así el Ágape, que es Dios, debe corresponder el ágape de la Iglesia, su actividad caritativa”.

“Esta actividad, más allá del primer significado muy concreto de ayudar al prójimo, posee esencialmente también el de comunicar a los otros el amor de Dios, que nosotros mismos hemos recibido”.

debe hacer visible de algún modo al Dios vivo
Caritas