Durante un emotivo encuentro con un grupo del Camino Neocatecumenal que incluye 200 familias que partirán próximamente a diversas misiones evangelizadoras, el Papa Benedicto XVI exhortó a este carisma eclesial a anunciar el Evangelio de la Vida.

Las “familias de misión” del Camino Neocatecumenal nacieron en 1986 como respuesta al llamado del Papa Juan Pablo II a una nueva evangelización.

Sus miembros se ofrecen como voluntarios para acudir a las naciones donde es necesario ayudar a la Iglesia. El destino de cada una de ellas es designado por los iniciadores del Camino Neocatecumenal, los españoles Kiko Argüello, Carmen Hernández y el sacerdote italiano Mario Pezzi, teniendo en cuenta las necesidades específicas de cada zona y en respuesta a las peticiones de los obispos que solicitan el envío de "familias de misión" a sus diócesis.

“La vuestra –dijo el Papa– es una tarea que se coloca en el contexto de la nueva evangelización... porque vuestra acción apostólica se sitúa en el corazón de la Iglesia, en completa sintonía con sus directrices y en comunión con las Iglesias particulares en las que trabajaréis, valorizando plenamente la riqueza de carismas que el Señor ha suscitado a través de los iniciadores del Camino”.

Tras subrayar que las familias serán testigos “humildes y alegres” de Cristo que “recorren con sencillez y pobreza los caminos de todos los continentes”, el Santo Padre se centró en la importancia de la liturgia en la evangelización. “Vuestra larga experiencia confirmará que la centralidad del misterio de Cristo celebrado en los ritos litúrgicos constituye una senda privilegiada e indispensable para construir comunidades cristianas vivas y perseverantes”.

Nuevas normas litúrgicas 

Benedicto XVI se refirió luego a las nuevas normas concernientes a la Celebración Eucarística emanadas recientemente de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos para el Camino Neocatecumenal.

“Estoy seguro de que observareis atentamente esas normas que retoman cuanto está fijado en los libros litúrgicos aprobados por la Iglesia. Gracias a la adhesión fiel a toda directriz de la Iglesia, vuestro apostolado será aún más eficaz en sintonía y comunión plena con el Papa y los pastores de cada diócesis”.

“Queridas familias –concluyó el Santo Padre– con vuestra historia dais testimonio de que el Señor no abandona a los que a El se confían. Seguid difundiendo el Evangelio de la vida”.