El día de hoy el Papa Benedicto XVI recibió en audiencia privada a los “Gentiluomini” que desempeñan su labor en el Vaticano, agradeciéndoles por los muchos servicios que ahí realizan y llamándolos a no perder de vista la entrega a Cristo y a su obra de salvación.
En sus palabras Benedicto XVI explicó como “la barca de Pedro, para poder proceder segura, tiene necesidad de tantas mansiones escondidas, que junto a otras más evidentes contribuyen a regular el desarrollo de la navegación. Es indispensable no perder jamás de vista el común objetivo, y esto es la entrega a Cristo y a su obra de salvación”.
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Sobre el servicio que los “gentiluomini” prestan, el Papa dijo que “es un servicio de honor que se inserta en la secular tradición de la Casa pontificia. Hoy, cierto, todo en ella aparece mayormente simplificado, pero si respecto al pasado cambian las funciones y los roles, idéntico permanece el fin de aquellos que trabajan, es decir, el de servir al Sucesor del Apóstol Pedro”.
“Nos encontramos- continuó- al fin del tiempo de navidad, mientras el nuevo año da los primeros pasos. En este periodo hemos visto constantemente al Salvador venido a la Tierra. Es Él que nos ha traído la riqueza de la comunión con su misma vida divina. Él es la luz que jamás se apaga, el centro de nuestra existencia, y nosotros, como los pastores de Belén y los Magos, llegados de Oriente para adorarlo, tras habernos detenido frente al pesebre en oración, recomenzamos con nuestras actividades cotidianas, llevando en el corazón el gozo de haber experimentado su presencia”.
Al final de la audiencia el Santo Padre recordó que “iniciamos con serenidad y confianza este nuevo año bajo el signo del amor vivificante de Dios”.