En un artículo publicado hace unos días en el periódico Jornal O Sul, el juez del Tribunal de Justicia de Rio Grande do Sul, Alexandre Mussoi Moreira, señaló lo absurdo que resulta aprobar leyes que defienden la vida de una tortuga marina bajo toda circunstancia desde que está en un huevo, y al mismo tiempo aprobar medidas que permiten el aborto de bebés en todos los casos y hasta el último momento antes del nacimiento.
Sin discutir los argumentos de quienes apoyan el Proyecto de Ley 1135/91, actualmente tramitado en la Comisión de Seguridad Social y Familia de la Cámara de Diputados, para despenalizar el aborto en Brasil, el juez Mussoi Moreira recordó una serie de razones legales que demuestran que la aprobación de dicho proyecto está impedido por el orden constitucional vigente en el país.
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Mussoi Moreira indicó que además del artículo 5º de la Constitución, que asegura la inviolabilidad del derecho a la vida, este mismo artículo declara que los tratados internacionales sobre derechos humanos que fueran aprobados por el Congreso, equivalen a enmiendas en la Constitución, por lo que quedan insertos como derechos y garantías fundamentales.
Señaló también que “la Constitución prevé que las propuestas que tiendan a abolir cualquier derecho fundamental no son objeto de deliberación, las llamadas Clásulas Pétreas. Al ser el Brasil un país firmante del Pacto de San José, cuyo artículo 4º asegura a toda persona el derecho a la vida desde la concepción, todo ello deja absolutamente claro que el PL 1135/91 hiere el orden constitucional, pues atenta y hiere el derecho fundamental”.