Kenneth Lee Boyd, condenado por el asesinato de su esposa y suegro, ocurridos en 1988, se convirtió en el prisionero número mil en ser ejecutado este viernes en Estados Unidos. En las horas previas a la muerte del recluso, cientos de personas protestaron frente a la prisión central del Estado de Carolina del Norte, encendiendo velas y leyendo los nombres de los otros 999 convictos ejecutados.
Kenneth Boyd, de 57 años, fue ejecutado con una inyección letal a las 2:15 a.m. (07:15 GMT) en la cámara de la muerte de la prisión estatal, según informó la portavoz del departamento correccional, Pamela Walker.
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Según Walker, las últimas palabras de Boyd fueron "Dios bendiga a todos aquí” ante los testigos de su ejecución.
La ejecución de Boyd atrajo la atención mundial por su carácter simbólico, al convertirse en la milésima ejecución que se efectúa en Estados Unidos desde que la Corte Suprema permitiera su reinstauración en 1976, tras una moratoria no oficial de nueve años.
Recientemente la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos aprobó con 237 votos una declaración en la que exigía la eliminación de la pena de muerte en todo el país.