Al recibir esta mañana a los miembros de la Comisión Teológica Internacional, presidida por primera vez por Mons. William Joseph Levada, el Papa Benedicto XVI señaló que la dignidad de toda persona humana, incluso la no nacida, es absolutamente inviolable y no depende de la arbitrariedad humana.
Al referirse al tema de la ley moral natural enraizada en los seres humanos –uno de los tres temas abordados por la Comisión en esta sesión–, el Pontífice destacó que “es muy importante para comprender el fundamento de los derechos enraizados en la naturaleza de la persona, y que como tales, derivan de la misma voluntad de Dios creador”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
“Al ser anteriores a cualquier ley positiva de los Estados, esos derechos son universales, inviolables e inalienables, y en consecuencia, deben ser reconocidos por todos como tales, especialmente por las autoridades civiles, llamadas a promover y a garantizar su respeto”.
El Papa advirtió que “si en la cultura actual el concepto de ‘naturaleza humana’ parece haber desaparecido, sin embargo, los derechos humanos no son comprensibles sin presuponer que el hombre, en su mismo ser, es portador de valores y de normas que hay que descubrir y reafirmar, y no inventar o imponer de modo subjetivo y arbitrario”.
Benedicto XVI precisó que “en este punto, el diálogo con el mundo laico es muy importante: debe quedar claro que la negación de un fundamento ontológico de los valores esenciales de la vida humana desemboca inevitablemente en el positivismo y hace depender el derecho de las corrientes de pensamiento dominantes en una sociedad, pervirtiendo así el derecho en un instrumento de poder, en vez de subordinar el poder al derecho”.