Los obispos de América Latina y el Caribe publicaron la oración que el Papa Benedicto XVI ha enviado para la preparación de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano.
“En esta etapa de preparación hacia la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, acogemos con gozo la oración enviada por su Santidad Benedicto XVI, signo de comunión con el Santo Padre, que reaviva nuestra fe, esperanza y amor para emprender con nuevo ardor nuestra vocación de ser discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida”, indican los obispos en el sitio web http://www.celam.info
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Los obispos recomiendan la oración enviada por el Papa y hacen votos para que “la luz y la fuerza del Espíritu Santo iluminen nuestros aportes al Documento de Participación para que respondan a querer de Dios en el momento actual de nuestro continente”.
Esta V Conferncia Episcopal del CELAM se realizará en la ciudad de Sao Paulo entre abril y mayo de 2007. Tendrá como lema “Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en él tengan vida. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14, 6)”.
El sitio web del CELAM también permite acceder a las fichas de trabajo, a los modos de participación de los prelados y al Documento de Participación.
A continuación, reproducimos íntegramente la oración enviada por el Santo Padre:
Señor Jesucristo,
Camino, Verdad y vida,
rostro humano de Dios
y rostro divino del hombre,
enciende en nuestros corazones
el amor al Padre que está en el cielo
y la alegría de ser cristianos.
Ven a nuestro encuentro
y guía nuestros pasos
para seguirte y amarte
en la comunión de tu Iglesia,
celebrando y viviendo
el don de la Eucaristía,
cargando con nuestra cruz,
y urgidos por tu envío.
Danos siempre el fuego
de tu Santo Espíritu,
que ilumine nuestras mentes
y despierte entre nosotros
el deseo de contemplarte,
el amor a los hermanos,
sobre todo a los afligidos,
y el ardor por anunciarte
al inicio de este siglo.
Discípulos y misioneros tuyos,
queremos remar mar adentro,
para que nuestros pueblos
tengan en Ti vida abundante,
y con solidaridad construyan
la fraternidad y la paz.
Señor Jesús, ¡Ven y envíanos!
María, Madre de la Iglesia,
ruega por nosotros.
Amén.