Al recibir a un grupo de obispos polacos en visita “ad Limina Apostolorum”, el Papa Benedicto XVI alentó a redoblar los esfuerzos por educar en la fe a los jóvenes precisando que ésta debe conservar su auténtica dimensión de encuentro y testimonio personales.
En su discurso a los prelados miembros de la Conferencia Episcopal de Polonia, el Santo Padre resaltó los temas de la educación cristiana de los jóvenes, la colaboración educativa con la familia y con los ambientes laicales, la catequesis de los adultos, la pastoral universitaria y la del mundo de la cultura y de los medios de comunicación social.
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Respecto a la educación de los jóvenes en la fe, y tras recordar la ardorosa exhortación de Juan Pablo II a dedicarle una mayor atención en Europa, el Papa dijo que “no se trata solamente de la didáctica, del perfeccionamiento del método de transmisión del saber, sino de una educación basada sobre el encuentro directo y personal con el hombre, su testimonio –que es sobre la auténtica transmisión de la fe, de la esperanza y de la caridad y de los valores que de ello directamente se derivan– de persona a persona”.
Se trata, por lo tanto, de un auténtico encuentro con otra persona, la cual debe a ser primeramente escuchada y comprendida. Juan Pablo II es para nosotros un modelo perfecto de este encuentro con el hombre”, añadió el Pontífice
Al referirse al rol de la familia en la educación, el Santo Padre resaltó que ésta “sigue siendo la cuna fundamental de la formación de la persona humana".
Más adelante, el Papa precisó que “la formación de la joven generación es una tarea que le corresponde a los padres, a la Iglesia y al Estado".
Al final del encuentro, el Papa pidió que la bendición de Dios sostenga a los obispos presentes en la audiencia y a sus diócesis “en la tarea de la formación de la mente y del corazón humanos”.