Bajo del nombre de “Eh Avemaría”, se desarrolló en esta ciudad colombiana el concurso de Vírgenes para el Área Metropolitana de Medellín y el Valle de Aburra, con el fin de descubrir las diversas representaciones de la Virgen y su relación con los fieles.
En el concurso, dirigido a reconocer e inventariar las imágenes marianas ubicadas en toda la ciudad, participaron todos aquellos que de manera individual o familiar tienen una relación cercana con alguna advocación especial a la Virgen.
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El evento fue creado por el artista Oscar Darío Roldán Alzate, quien explicó al periódico El Tiempo que su “proyecto de investigación busca recrear y revitalizar una parte de la identidad cultural” de los habitantes de la región, “tan ligada a la multiplicidad de representaciones de la Virgen María”.
Una Virgen para la ciudad
Entre las historias recogidas en el concurso, está la de la Virgen de la Divisa, barrio ubicado en el occidente de la ciudad. Su historia comenzó hace cuatro años, cuando la ciudadana Marta García la rescató de un basurero junto con los niños del barrio. La limpiaron, le pegaron las partes quebradas y le retocaron sus vestidos con color azul y blanco.
La Virgen fue instalada en la entrada del barrio. Al poco tiempo, un bus perdió los frenos y se estrelló contra su altar, pero nuevamente fue atendida por la comunidad.
Un caso similar ocurrió con la Virgen del Puente, creación de Luis Horacio Vélez y Carlos Correa, dos obreros dedicados a la extracción de piedras y arena en los lechos de los ríos. Ellos encontraron en 1999 una roca de 1.70 metros. Por su gran tamaño y forma pensaron que sería bonito hacer una figura en ella. Así, sobre un fondo blanco, diseñaron una Virgen con un majestuoso manto azul celeste y azul rey, con una corona roja.