La Conferencia Episcopal Chilena (CECH) terminó su Asamblea Plenaria con la publicación de la Carta Pastoral “Matrimonio y Familia” en la que alientan a la sociedad a recuperar la importancia de la familia y renuevan el compromiso de la Iglesia con los matrimonios.
“El Episcopado chileno quiere ser fiel a la enseñanza que, en distintas circunstancias históricas, sociales y culturales, ha reiterado sobre el matrimonio y la familia. ¿De qué serviría a una sociedad tener un gran desarrollo económico si las personas dejaran de orientarse por auténticos valores por los cuales vivir y luchar, y que dan un sentido verdadero a su vida?”, cuestionaron los obispos.
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A un año de la entrada en vigencia de la ley que introdujo el divorcio en Chile, los obispos recordaron que “la unión matrimonial y la familia que se fundan en la naturaleza del ser humano y llegan a su plenitud en el Sacramento, son una buena noticia para la sociedad”.
“Es una invitación a crecer en el amor, en la entrega y en la fidelidad en medio de las circunstancias cambiantes de la vida. La oración en familia, la participación en la Misa dominical serán la garantía de la presencia de Jesús en medio del hogar”, indicaron.
Asimismo, pidieron “descubrir el matrimonio como una buena nueva, una hermosa vocación. La sociedad cuenta con el apoyo del Episcopado para descubrir el don y el gozo que hay en compartir y no sólo en competir; en complementarse y no sólo en destacarse”.
“Uno de los puntos que se destacan en la carta es que hacer del matrimonio un bien en sí mismo y un Evangelio para la sociedad, requiere necesariamente de decisiones políticas y sociales que favorezcan, respalden y estimulen la vida matrimonial y la vida familiar, en el campo de la vivienda, la educación, el apoyo a la maternidad, etc.”, indicaron en un resumen periodístico.
Los obispos exhortan a sacerdotes, diáconos permanentes y consagrados, “así como a los laicos que trabajan en la pastoral familiar, a desarrollar también una pastoral dirigida a los separados. Y cuando se trate de personas separadas que han sellado una segunda unión, y que no pueden por eso participar plenamente en la mesa de la Eucaristía, se realiza un llamado a abrirles las puertas de la comunidad”.
Según informó la CECH, “la Carta Matrimonio y Familia invita a toda la sociedad, y en especial a las instituciones educativas, a generar instancias que permitan crecer en virtudes humanas como el verdadero amor, la auténtica comprensión de la sexualidad y el valor sagrado de la vida humana, y valorar el matrimonio y la familia”.