La Conferencia Episcopal Salvadoreña (CES) llamó a las autoridades y la sociedad en su conjunto a asumir “con valentía y generosidad” las responsabilidades y criterios que permitirán al país superar el estado de violencia en que ha caído.
“Como hombres de fe, estamos convencidos de que esta dramática realidad (de la violencia), puede ser transformada si todos y cada uno asumimos, con lucidez y valentía, nuestras responsabilidades”, afirman los obispos en su carta pastoral “No te dejes vencer por el mal”.
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En el texto, el Episcopado hace un diagnóstico de la violencia que golpea a todos los sectores. “El país que lleva el nombre de Cristo, nuestro Salvador, navega en un mar de violencia”, señala.
Los obispos afirman que aunque parezca imposible salir de este flagelo, la Iglesia, a través de su Doctrina Social que nace del Evangelio, propone “el humanismo integral y solidario” que “abre un horizonte de esperanza y señala algunos de los caminos que debemos recorrer”.
“La dignidad humana, el respeto a la vida, la solidaridad, la subsidiaridad, la búsqueda del bien común sobre todo de las familias más pobres y la educación de las conciencias, son algunos de los criterios que debemos asumir con valentía y generosidad para poder vencer al mal con el bien”, explica el documento.
En ese sentido, la CES afirma que, entre otras cosas, vencer el mal con el bien significa tomar conciencia de que en el caso salvadoreño la violencia “se ha convertido en una verdadera epidemia”.
Además, significa analizar el problema de las pandillas juveniles con objetividad y promover un cambio en la legislación del uso de armas, cuyo incremento es “un factor decisivo en el alto índice de homicidios que padecemos”.
Asimismo, piden mejorar el sistema judicial para que recupere la credibilidad de la población. También invitan a las organizaciones de la sociedad civil a involucrarse “en el combate de este flagelo, superando la actitud cómoda de echar la culpa al Gobierno”, porque recuperar la paz es un deber de todos.
La carta recuerda que “es indispensable el aporte de la familia”, que es “el corazón de la Patria y por eso debe recibir todo el apoyo del Estado” para “cumplir su insustituible misión de ser la principal escuela de valores humanos, cívicos y espirituales”.
El Episcopado afirma que sólo “con las armas del amor” se podrá vencer el mal de la violencia, porque “cuando el amor vence al mal, reina el amor y donde reina el amor, reina la paz”.
debemos aceptar los cristianos