Al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede, Francis Rooney, el Papa Benedicto XVI resaltó la necesidad de respetar los valores y principios morales para combatir los graves desórdenes sociales y construir un mundo que promueva la dignidad, la vida y la libertad.
Recordando la enseñanza de Juan Pablo II, que "llamó la atención sobre la intrínseca dimensión ética de cada decisión política", el Santo Padre indicó que su predecesor había predicado "que la perturbadora propagación del desorden social, la guerra, la injusticia y la violencia en nuestro mundo sólo puede ser contrarrestada por un renovado aprecio y respeto por la ley de la moral universal cuyos principios derivan del propio Creador".
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Así, dijo el Papa, “es esencial un reconocimiento del rico patrimonio de los valores y principios incorporados en esa ley para la construcción de un mundo que reconozca y promueva la dignidad, la vida y la libertad de cada persona humana, al tiempo que crea las condiciones de justicia y paz en las cuales los individuos y comunidades puedan verdaderamente prosperar”.
La promoción y la defensa de esos valores, añadió el Pontífice, “deben regir las relaciones entre naciones y pueblos en la búsqueda del bien común de la familia humana”.
En su alocución, el Papa expresó asimismo su solidaridad con las víctimas de los huracanes que azotaron recientemente el sureste de Estados Unidos causando numerosos muertos y ofreció sus oraciones por ellas.
El Papa también denunció el problema del hambre y la pobreza que afectan a grandes áreas del planeta y mostró su convencimiento de que Estados Unidos continuará comprometido con la defensa de los valores de libertad e integridad.
Por su parte, el Embajador se refirió a los atentados del 11 de septiembre y subrayó la condena de la Santa Sede al terrorismo, inspirado en motivos religiosos, y sus continuos llamamientos en favor de la tolerancia y el respeto de todos.