Un día después de que el Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Angelo Sodano, expresara la seria disposición de la Santa Sede de restablecer relaciones con Pekín, el portavoz del Ministerio del Exterior de China, Kong Quan, afirmó que su Gobierno tiene el "sincero deseo" de mejorar los lazos con el Vaticano con la condición de que éste rompa los suyos con Taiwán y no “interfiera” en asuntos internos.
"China tiene deseos sinceros de mejorar sus relaciones con el Vaticano", afirmó este jueves el portavoz chino en respuesta a las declaraciones del Purpurado que el pasado martes, según reseñan medios periodísticos, afirmó que "si el Vaticano tiene contactos con Pekín, el encargado de asuntos de Taiwán iría a China, y no al día siguiente, sino esa misma noche".
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El Secretario de Estado señaló durante un acto en la Universidad Pontificia Gregoriana que el Vaticano "no puede ser tratado peor que otros Estados", y pidió a Pekín que, si la ruptura con Taipei se confirmara, el representante diplomático de la Santa Sede sea autorizado a ir inmediatamente a territorio chino.
Kong, quien pidió que la Santa Sede "traduzca sus palabras en hechos reales", reiteró que Pekín "ha repetido en muchas ocasiones" las dos condiciones que exige para restablecer las relaciones interrumpidas en 1951, es decir, la ruptura de relaciones diplomáticas con Taipei y el compromiso vaticano de, según las autoridades chinas, no “entrometerse” en los asuntos internos de China, como el nombramiento de obispos en el país.
Más adelante, el portavoz afirmó que el Gobierno chino "apoya la libertad religiosa, como lo prueba el hecho de que en el país hay numerosos creyentes de diversas religiones".
¿Libertad religiosa?
Sin embargo, el supuesto apoyo a la libertad religiosa por parte del Gobierno comunista de China ha sido puesto en tela de juicio por diversos sectores que recuerdan la persistente historia de hostigamiento y persecución a sacerdotes y feligreses católicos fieles al Papa.
Recientemente, cuatro obispos chinos, tres de la Asociación Patriótica Católica –controlada por el Gobierno– y uno de la Iglesia “clandestina” –fiel a la Santa Sede–, fueron impedidos de asistir al último Sínodo de Obispos celebrado en el Vaticano durante el mes de octubre con la excusa de la avanzada edad y el mal estado de salud de los prelados.
Por su parte, la Santa Sede, ha acentuado en los últimos meses su intención de acercamiento con Pekín al haber confirmado obispos de diócesis chinas nombrados directamente por el Gobierno.