Desde hace 33 años el religioso hospitalario Francisco Simón, recorre las calles de Sevilla recogiendo entre las personas, la limosna necesaria para poder ayudar a las personas más necesitadas.
El español Francisco Simón de 79 años, siempre sintió “inclinación por el que sufre”, su vocación al servicio lo llevó a tomar el hábito de la Orden los Hermanos de San Juan de Dios en 1955. Su trabajo de limosnero inició en Lima y posteriormente, desarrolló su trabajo en España.
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En su testimonio –recogido por la revista Juan Ciudad, de la Provincia Bética de los Hermanos de San Juan de Dios– Francisco Simón reconoce que pedir “no es fácil pues hay que tener una estabilidad, bondad y de todo, porque vas pidiendo para que te den desinteresadamente” pero se fortalece al saber que “cuando un pobre pide, solicita lo que le pertenece, pues Dios nos hizo administradores de los bienes y el que pide para comer, cuando está satisfecho no vuelve”.
En sus diversas visitas por los hogares de la ciudad, el Hermano narra que ha ido a casas que “por circunstancias tenían mucho y se han venido abajo. Ahí hay que tener vista y decir que ya se volverá más adelante”, pero también hay casos en que “te da quien en realidad debe recibir y no puedes despreciarlo porque es hacer un feo. Eso sí que tiene mérito, darlo por caridad, no como los pudientes, que lo tienen que dar por obligación”, reconociendo que en América sucedía todo lo contrario porque “reconocían que era su deber”.
hoy no se da más limosna porque no llegamos, porque no se va a las casas