El director del Grupo de Bioética de la Universidad Panamericana de México, Rodrigo Guerra, advirtió que en muchos países donde se debate sobre la píldora del día siguiente se pretende desconocer el estatuto personal del concebido.
El también coordinador del Observatorio Social del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), aseguró que con el fin de negar el posible efecto antiimplantatorio del mencionado fármaco, las autoridades de salud de los diferentes países donde el aborto es ilegal, ocultan aspectos técnicos ignorados por el ciudadano común, que demuestran que las pruebas empíricas son aún insuficientes para asegurar que se trata de un anticonceptivo más.
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Aclaró que en los países en donde el aborto es permitido, los propios fabricantes de la mencionada pastilla, reconocen que la sustancia base de la misma, Levonorgestrel, sí puede causar una inadecuada maduración del endometrio y por tanto no garantizar las condiciones mínimas para que el concebido se adhiera a la pared superior del mismo y pueda crecer.
“En ambas situaciones existe un componente ideológico que se mezcla en el debate científico y que distorsiona el sentido de justicia que debe haber en toda política pública”, anotó
Respecto a los estudios realizados en monas y ratas, presentados en los últimos años por autoridades de salud de Perú, México y Chile para justificar el uso del fármaco, Guerra aseguró que si bien los autores de los mismos, Muller y Croxatto, prueban que el Levonorgestrel no inhibe la implantación en animales, no es científico extrapolar esas conclusiones a los humanos.
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