El Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), publicó hoy el Documento de Participación que conducirá los trabajos hacia la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, a celebrarse en el año 2007. El texto completo puede descargarse tanto en PDF como en hipertexto, desde el sitio web oficial de esta histórica cita: www.celam.info
El documento se titula “Hacia la V Conferencia del Episcopado de Latinoamérica y del Caribe: Discípulos Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida (Jn 14, 6)”. El texto está dirigido a los obispos, colaboradores y comunidades cristianas de América Latina y el Caribe.
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En la presentación, el Presidente del CELAM y Arzobispo de Santiago de Chile, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, sostiene que “son tantos los desafíos al inicio del tercer milenio que marcan nuestra vida personal, familiar, pastoral, comunitaria y social, que queremos descender hasta llegar con profundidad al sujeto que les dará respuesta, después de encontrarse con el Señor”.
“Bien sabemos que un documento de participación no es el esbozo del documento final. Es tan solo una invitación, sin duda incompleta, de manera que puedan confluir con facilidad las aportaciones de todos, a partir de las experiencias, las reflexiones, los ministerios y los carismas que les ha dado el Espíritu Santo”, indica.
En la introducción se explica que “el Documento de Participación, como su nombre lo indica, expone el temario de la V Conferencia General y busca suscitar la participación más amplia posible en esta etapa de preparación de esa hora de gracia y de conducción pastoral. Se centra en la vocación de los discípulos y misioneros de Cristo, llamados por Él al inicio del tercer milenio, para que nuestros pueblos puedan saciar su sed de vida en Cristo”.
El capítulo I se remonta a los anhelos más profundos de la existencia como seres humanos y como bautizados. El capítulo II propone tomar conciencia de las bendiciones de Dios a través de la Buena Noticia que llegó como un mensaje de esperanza a estas tierras.
A partir de esto, en el capítulo III se invita a ir al encuentro de Jesucristo y permanecer en Él como discípulos y misioneros suyos que viven en la comunión de la Iglesia, y en el capítulo IV se exponen los desafíos de la Iglesia al inicio del tercer milenio.
El último capítulo se refiere a la urgencia del encargo de Jesucristo y queda abierto a las reflexiones y las contribuciones que se envíen a las Conferencias Episcopales.