El Obispo de León y Presidente de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), Mons. José Guadalupe Martín Rábago, señaló que México necesita gobernantes "que sepan ser solidarios con un pueblo empobrecido, para no distribuir de manera desproporcionada los recursos llevándose la tajada del león mientras hay tantos que viven situaciones de verdadera pobreza".
El Presidente de la CEM destacó que el país necesita personas "comprometidas honestamente para ayudar a crear un ambiente que nos permita mejorar las condiciones económicas en que se vive. En ese sentido, favorecer el crecimiento económico para tener una mayor cantidad de empleos y mejor remunerados".
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En opinión del Prelado hacen falta servidores públicos que "que tengan sensibilidad para vivir con austeridad. La palabra servicio significa entender la política como una manera de poner el bien común por encima del bien particular o del pequeño grupito. Y esto en la historia del ejercicio político del país no lo hemos alcanzado totalmente".
Por su parte, el Arzobispo de México, Cardenal Norberto Rivera Carrera, precisó que el derecho canónico les impide apoyar a candidatos o partidos políticos, pero no por ello dejará de opinar al respecto.
Durante su homilía de la Misa dominical, el Cardenal Rivera indicó que “nos ha tocado vivir en una civilización tan dura que a veces uno piensa que ya sería mucho que cumpliéramos la ley del talión, la que prohíbe vengarse más allá del mal recibido. Nuestra época ha sido testigo de guerras mundiales, de innumerables conflictos civiles, de continuas guerras regionales y de una violencia social donde la crueldad y la barbarie parecen no tener límites".
Luego de la Misa, el Purpurado afirmó que los obispos católicos "no entraremos nunca a políticas de partido, pero entraremos a formar la conciencia, a ayudar para que México progrese".
De igual modo, el periódico de la Arquidiócesis de México, Desde la Fe, en su editorial, consideró que la desconfianza ciudadana hacia los políticos crece, lo cual puede "traducirse en abstencionismo, desinterés (sic) y falta de participación de los electores”.