La representante del Instituto para la Rehabilitación de la Mujer y la Familia (IRMA), María del Carmen Aguilar, recordó la vigencia del Síndrome Post Aborto y advirtió que mientras se busca legalizar la práctica, se ocultan las profundas secuelas de todo aborto provocado.

“Los efectos pueden variar desde un dolor suave hasta consecuencias fatales para toda la vida de la mujer”, indicó y advirtió que las mujeres que han experimentado uno o más abortos pueden tener reacciones que incluyan un desorden de estrés post-traumático.

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Agregó que estas personas son quienes “han advertido sobre la necesidad de reconocer que todos los traumas salen a relucir durante las subsecuentes pérdidas”.

Para la experta, ante el aumento de las prácticas del aborto “es urgente educar, prevenir y rehabilitar para cerrar un círculo virtuoso en la defensa de la vida”.

La especialista indicó que el aborto provocado no sólo lastima a la mujer, sino a su entorno familiar, laboral, social y espiritual, por lo que imprescindible encontrar soluciones o “estaremos entrando como sociedad en una cadena de maltrato difícil de romper”.

“Entre las manifestaciones de secuelas del post aborto se encuentra la negación, baja autoestima, dolor profundo, depresión, suicidio, identidad de madre truncada, culpa, coraje y otros traumas”, añadió.