El Arzobispo de Bogotá, Cardenal Pedro Rubiano Sáenz, aclaró al Procurador General de la Nación, Edgardo Maya, que la Iglesia defiende al ser humano desde la concepción no por una convicción “moral y religiosa” sino en coherencia con su misión de promover la vida.
En un artículo publicado al periódico colombiano El Tiempo, el Purpurado se refirió a la propuesta del Procurador ante la Corte Constitucional, para estudiar un proyecto de ley que legalice el aborto en este país.
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En el mensaje titulado “Por qué la Iglesia rechaza el aborto”, el Cardenal Rubiano manifiesta su inquietud por la interpretación del Ministerio Público sobre su función de velar por el cumplimiento de la Constitución y de proteger los derechos humanos, refiriéndose específicamente al concepto presentado por Maya, con relación a la demanda del artículo 122 del Código Penal que penaliza el aborto.
Aclarando que quienes defienden la vida no lo hacen solamente desde una “perspectiva moral y religiosa”, el Purpurado reconoció que el debate es meramente jurídico, pero que tras la ley no se pueden esconder los derechos de la sociedad y aunque fuera sólo jurídico, la Constitución ampara en el artículo 11 que “el derecho a la vida es inviolable”.
El Arzobispo de Bogotá desmintió la tesis que acusa a los defensores de la vida de desconocer “la libertad de la mujer para realizar su proyecto de vida y ejercer sus derechos”, y aclaró que esta defensa responde a “ la promoción de la dignidad y del pleno reconocimiento de los legítimos derechos de la mujer”.
Eufemismos que esconden la verdad
“Me preocupa que sólo parezca razonable, desde la perspectiva de la Procuraduría, hablar del aborto con el eufemismo ‘interrupción voluntaria del embarazo’ y no de la acción de matar a un ser humano en el vientre materno. Me preocupa la relativización del principio de la dignidad humana, que parece centrar la excelencia del ser personal al ejercicio de la libertad o de la autonomía la idea de que el concebido pero no nacido no es ser humano sino una potencialidad de llegar a ser”, indicó.
El Cardenal Rubiano advirtió que el aborto es un delito y no pude ser considerado “paradójicamente como derecho hasta el punto de pretender que tenga un reconocimiento legal del Estado como parte de los derechos reproductivos de la mujer”.