Ante la sensible escasez de agua que experimentan algunas regiones de España, el Arzobispo de Sevilla, Cardenal Carlos Amigo, pidió a la población implorar a Dios por ella utilizarla responsablemente pues no es una propiedad particular y “no es justo que unos despilfarren y que otros padezcan sed”.
En su última la carta pastoral titulada "El agua, bendición de Dios y responsabilidad de todos", el Purpurado afirma que nadie tiene derecho a apropiarse del agua "como si de una propiedad particular se tratara” y señala que “corresponde a la administración pública la justa distribución del agua, atendiendo a las necesidades, ciertamente distintas, que pueden tener unos y otros individuos, unos y otros pueblos”.
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Según el Cardenal, “no es justo que unos despilfarren y que otros padezcan sed. Que unos campos puedan producir abundantes cosechas y otros tengan que permanecer en barbecho".
En su misiva, el Arzobispo andaluz señala que "si pedimos que lleguen las lluvias, no es sólo porque se agoten las fuentes del agua, sino porque tenemos fe. Y nuestra confianza en Dios nos lleva a pedir con perseverancia aquello que necesitamos". Sin embargo, aclara que la oración no sería sincera si olvidáramos otras obligaciones, concretamente la de "conservar los dones y bienes que de Dios se reciben". Así, hizo un llamado para implorar la lluvia y trabajar en la búsqueda de nuevos recursos, "así como en guardar, cuidar y compartir un bien tan apreciado como es el agua".
Para el Cardenal Amigo, "más que lamentar la escasez, será por más inteligente y oportuno el cuidar bien de lo que se tiene", razón por la que aboga por "una auténtica pedagogía para educar una conciencia moral del uso del agua”. “Puede haber medidas coercitivas e incluso penalizaciones, pero siempre, a largo plazo, lo eficaz es una buena formación", agrega.
derechos humanos con una función social