En un desconcertante y sorprendente fallo emitido la semana pasada, una jueza que dirige un tribunal de bancarrota, en Estados Unidos, ordenó la liquidación de todas las parroquias, escuelas y propiedades de la diócesis de Spokane (Estados Unidos) para pagar la indemnización de 58 personas que alegan haber sufrido abusos sexuales por parte de sacerdotes católicos.
Según informó Associated Press, el Obispo de Spokane, Mons. William Skylstad, manifestó ante la corte que las parroquias no están disponibles para cubrir lo establecido, y que sólo diez millones de dólares en propiedades estan bajo su control; además que la diócesis había pedido protección contra bancarrota el año pasado.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Para los abogados de los demandantes, el Obispo controla 82 iglesias, 16 colegios, algunos cementerios católicos y otras propiedades al este del Estado de Washington, con lo que tendría un total de 82 millones de dólares disponibles.
La decisión de la jueza ignora el hecho que las parroquias y otras instituciones, asociadas a la diócesis, son entidades legalmente independientes. "No es una violación de la Primera Enmienda aplicar la ley federal de bancarrota para identificar y definir las propiedades aunque quien deba el dinero es una entidad religiosa”, sentenció la jueza Patricia Williams, cuyo fallo podría originar un gran impacto en todo el país.
Mons. Skylstad informó que apelará la decisión “porque si bien tenemos una responsabilidad con las víctimas, también la tenemos con los miembros de las parroquias, quienes han dado su apoyo generosamente para construir el trabajo de la Iglesia Católica en la zona este de Washington”.
Casos de abuso sexual son “gran negocio”
Tal como se afirma en uno de los números de la revista Forbes de hace dos años, esta decisión puede verse como otra de las fases en la larga y cuidadosamente planeada campaña de ataque a la Iglesia Católica, que tiene también como objetivo hacer que estos casos de abuso sexual se transformen en un millonario negocio.
El artículo que refiere esta situación fue publicado en la edición del 9 de junio de 2003. En él se afirma que los casos “han generado un flujo de oro” y los litigantes han convertido estas crisis de abusos sexuales en una industria billonaria. De acuerdo a la publicación, ya se han pagado un billón de dólares en indemnizaciones por daños y perjuicios y se cree que este monto alcanzará los cinco billones antes de que la crisis termine.
Patrick Schiltz, decano asociado de la University of St. Thomas en Minneapolis, Minnesota, describe tres fases en este ataque a largo plazo contra la Iglesia. “La fase uno consiste en que los abogados de los demandantes maximicen la mala publicidad y destruyan la credibilidad de la Iglesia. La fase dos es utilizar esta mala publicidad para impulsar cambios legislativos y la fase tres es el cobro del dinero”, resaltó. En su opinión la mayoría de los casos son legítimos, pero que los cuantiosos acuerdos pueden atraer a otros que también quieran “una tajada de pastel”.
Para Schiltz la situación actual podría extenderse a las niñeras, boy scouts, girl scouts, campamentos de verano, programas de estudio en el extranjero y otros más. Mientras tanto, los litigantes utilizan otras estrategias para generar los acuerdos. Siguen presionando para generar las demandas y logran que se realicen juicios con casos que tienen décadas de antigüedad.
“Hay una explosión absoluta en cuanto a los litigios sobre abuso sexual y seguirán habiéndolos. Va a ser un negocio tremendo”, admitió con franqueza a Forbes el abogado Roderick MacLeish Jr., quien ha ganado 30 millones de dólares defendiendo a más de 100 demandantes, en casos de abuso sexual, durante los últimos diez años.