Un joven sacerdote peruano, que acompaña a la delegación del Movimiento de Vida Cristiana aquí en la JMJ Colonia 2005, participó en el encuentro que sostuvo ayer el Papa con los seminaristas y comentó que el encuentro con Benedicto XVI fue una muestra “de unidad y del deseo de querer compartir la experiencia de la fe, la experiencia de la vocación con personas de diferentes lugares”.
En diálogo con ACI Prensa, el Padre Enrique Granados de 34 años y miembro del Sodalicio de Vida Cristiana –una sociedad de vida apostólica fundada en el Perú en 1971– indicó que “el encuentro que tuvimos los seminaristas y los sacerdotes con el Santo Padre fue una experiencia muy bonita de encuentro con toda la Iglesia”. “Habían seminaristas y sacerdotes de 89 países, incluso de China y de Cuba”, agregó.
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El sacerdote contó que “fue muy emcionante cuando mencionaron a China” porque toda la “iglesia empezó a aplaudir durísimo, justamente porque es una Iglesia perseguida, en problemas”.
Para el presbítero, este encuentro del Papa con los seminaristas, sacerdotes y formadores fue una “muestra de fraternidad” en la que pudieron conversar con “seminaristas irlandeses, españoles, polacos. Se veía una unidad y un deseo de querer compartir la experiencia de la fe, la experiencia de la vocación con personas de diferentes lugares”.
Asimismo el presbítero precisó que “es interesante ver como en el fondo lo que nos une es la fe en Jesucristo. Puede haber distancias, poueden haber personas que recién se conocen pero el idioma es el mismo: El idioma de la fe, de la unidad de la Iglesia”.
Una de las cosas que más tocó al presbítero fueron las palabras del Papa cuando se dirigió a los presentes y afirmó que éstas “fueron dirigidas a descubrir el inmenso valor de nuestra vocación, a centrar nuestra vida en Cristo. Cómo nosotros hemos entregado nuestra vida a Cristo para que otros vean esa luz y también sigan al Señor”.
El P. Granados también comentó que durante el encuentro, “los gritos de ´Viva el Papa´ y ´Viva la Iglesia´ se repetían espontáneamente. Los gritos eran en español porque habían muchos españoles”. “Un grupo de salvadoreños que eran quienes mas animaban a gritar, y también había un grupo grande de norteamericanos”, añadió.
amor a la Iglesia al Santo Padre