En la catequesis que pronunció ante jóvenes de América Latina y España en la iglesia de San Memchtern, el Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, exhortó a los presentes a “buscar la verdad en Cristo y no utilizar sólo la razón sino dejarse guiar por el amor”.
“La verdad tiene rostro, el rostro amable de Jesús de Nazaret. ¡Cuántas preguntas dejaría en nuestra alma la búsqueda de la verdad por medio de la razón solamente! Existe la muerte, el dolor, el sufrimiento, ¿qué significado tiene todo esto? Sólo en Jesucristo, es más en Jesucristo crucificado se encuentran respuesta a muchas preguntas, no respuestas racionales, quizás suprarracionales, respuestas existenciales”, indicó el Purpurado.
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“Tanto amó Dios al mundo –prosiguió el Cardenal– que envió a su único hijo y Él compartió con nosotros el sufrimiento y la muerte, incluso la muerte ignominiosa de la cruz”. “Cristo crucificado es la verdad estremecedora de Dios que nos sale al paso amándonos hasta el extremo, no hay en la cruz explicación racional de nuestra miseria humana, del sufrimiento, de la muerte, hay una desconcertante solidaridad de Dios que nos ama en Jesucristo y sufre con nosotros y por nosotros y murió por nosotros, de este modo la cruz de Cristo se convierte en la mas grande y sublime verdad para el hombre y la mujer de fe”, agregó.
Para el Purpurado, “la verdad no es sólo fruto de un razonamiento previo, sino de un movimiento de todo nuestro ser porque despertó el amor en nosotros, o sea que sospechamos que el amor es posible o tenemos ansias de amar o porque experimentamos la ausencia de amor en nuestras vida y esto que produce desazón, angustia. La verdad sin amor es fría o dura, el amor sin verdad es falso, la verdad con amor es la felicidad”.
“La verdad una vez encontrada debe ser proclamada y propuesta a los otros, ésa es tarea impostergable para el joven de hoy en el mundo excéntrico e indiferente en el que vivimos”, aseveró el Arzobispo de La Habana.
El Cardenal Ortega recordó que “nuestra búsqueda de fe no acaba en una postura estática pues, cuando encontramos a la verdad que es Jesucristo y su amor sin límites, mil posibilidades se abren ante nosotros” y añadió que “el conocimiento de esa verdad es inagotable y al hallarlo se suscita en nosotros un deseo de seguir buscando de crecer en la verdad y en el amor”.
Finalmente el Arzobispo de La Habana pidió a los jóvenes presentes que “se dejen avanzar por esa verdad que es Cristo y que esto los haga anunciadores de la verdad y de la vida para que Cristo sea camino no sólo para ustedes, sino para muchos otros hombres y mujeres. Cristo los llama a ustedes queridos jóvenes a evangelizar”.