Los jóvenes de España y América Latina que participan activamente en la Jornada Mundial de la Juventud tienen como una de sus ciudades sede a Düsseldorf. Si uno camina por la calle puede encontrarse a muchos cantando, rezando, bailando. Expresan su fe de muchas formas y comparten experiencias con jóvenes de otros países.
Para Manuel Fernández, un joven español integrante del grupo Christifidelis Laici de Barcelona, la JMJ Colonia 2005 parecía algo “bastante complicado al principio, pero que se viene realizando satisfactoriamente. El trabajo de los voluntarios ha sido muy importante y al venir aquí sabía yo bien a qué jugábamos”, al referirse al compromiso que asume ahora que está aquí en Alemania.
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“Todo es súper interesante”, afirma Johanna Muttach, una muchacha venezolana que asiste regularmente a la parroquia San Martín de Tours en la diócesis de Maracay; y añade que “todo está bastante bien organizado y en la parroquia Santa Ursula, donde nos alojan, las personas nos tratan muy bien. La atención y la acogida han sido excelentes”.
Kenia Orozco, una mexicana de Guadalajara, comenta que “esto es muy padre. Para mí es una experiencia maravillosa estar aquí. Compartir la fe con otros jóvenes de todo el mundo es muy bueno. Tuve mi tiempo juntando el dinero para viajar, no ha sido fácil llegar hasta aquí hoy” y recuerda que para venir “hay que prepararse. Es necesaria e importante la preparación espiritual”.
Un muchacho de Cuenca del Movimiento Juvenil Dominicano, Freddy Delgado, indica que “esta ocasión es muy profunda. Muy espiritual. Es un evento lleno de gracia. Nos han recibido con los brazos abiertos y las confesiones han estado muy bien también”.