Después de los altercados registrados este domingo en San Sebastián al término de la manifestación prohibida de Batasuna, el Obispo de San Sebastián, Mons. Juan María Uriarte, censuró los actos violentos que dejaron un saldo de siete detenidos y una decena de heridos, a la vez que reiteró su llamado a la paz y la reconciliación.
“Nadie tiene derecho a entorpecer y obstaculizar el disfrute y el descanso de las fiestas”, dijo el Prelado en lengua euskera, aunque sin citar a nadie expresamente, durante la Misa de la Asunción de María. Asimismo, pidió a Dios que para las fiestas del próximo año “conozcamos la paz” en el País Vasco.
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“Durante el año hay tiempo para todo, para trabajar y descansar, para reivindicar los derechos, para llorar y reír, para asumir responsabilidades y desprenderse de ellas, para mostrar y ocultar las diferencias”, dijo el Prelado en su homilía tras la manifestación convocada por la ilegalizada agrupación por sus vínculos con la banda terrorista Euzkadi Ta Azkatasuna (ETA) y que tuvo lugar en la Parte Vieja de la ciudad.
“En estas fiestas, pidamos a Dios que las fiestas del próximo año conozcamos la paz y que por medio de ella trabajemos en la reconciliación de nuestro pueblo”, dijo el Prelado en su homilía, también pronunciada en castellano.
Finalmente, Mons. Uriarte pidió que “por duras que sean a veces las circunstancias sociales y personales, no perdamos nunca nuestra esperanza”, como no lo hizo la Virgen María. “Aprendamos como ella a confiar plenamente en Dios y a poner en sus manos nuestro futuro, el futuro de nuestro pueblo, de nuestra Iglesia y de todo aquello que amamos y nos preocupa”, concluyó.
En la Misa participaron la portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, y gran parte de la corporación municipal donostiarra.
Después de que en agosto de 2002 el Congreso español instara al Tribunal Supremo a dejar fuera de la ley al “partido independentista” Batasuna, el Tribunal Supremo notificó en marzo de 2003 la sentencia que ilegalizaba a esta formación –así como a Euskal Herritarrok y HB–, y ordenaba el cese inmediato de sus actividades.
De forma paralela, el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, decretó la suspensión de las actividades y el cierre de las sedes de la formación. La Fiscalía General del Estado también pidió la ilegalización de Batasuna por ser el brazo político de ETA.