“El Drama del Aborto: En busca de un consenso”, es el título del nuevo libro bandera de quienes promueven la legalización del aborto en América Latina. Aunque sus promotores insisten en otorgarle un peso científico “contundente”, el texto solo recopila los argumentos falaces que desde hace años acompañan la promoción de esta práctica criminal.

Distintas asociaciones abortistas y feministas –como el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA)- han presentado el texto en varios países de América Latina como una herramienta indispensable en el forzado debate sobre la legalización del aborto.

En una reseña abiertamente favorable hecha por Adital, que se supone es una agencia respaldada por la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil, se elogia el libro de los médicos chilenos José Barzelatto y Aníbal Faúndes, por las cifras que ofrece sobre el aborto en el mundo y en la región, números que como ya es tradición en el movimiento abortista, suelen basarse en cálculos arbitrarios.

Según Adital, el texto “revela que anualmente ocurren 46 millones de abortos en el mundo; que el 26% de todos los embarazos, o sea uno de cada cuatro terminan en aborto provocado. Además anualmente una de cada 28 mujeres de 15 a 45 años de edad se hace un aborto en el mundo”.

El texto defiende que “la mitad de estos abortos son realizados en forma ‘insegura’. Es decir por alguien no calificado o en condiciones técnicas y de higiene inapropiadas”. Según los autores, “en la Argentina, por ejemplo, y en América latina en general, el 80 a 90% de los abortos se realizan en condiciones de riesgo y son responsables por una alta proporción de las muertes relacionadas con el embarazo y por un número mucho mayor de mujeres que sufren secuelas graves como esterilidad y dolor pélvico crónico”.

Como se sabe, estas cifras carecen de fundamento estadístico serio ya que no hay forma de contabilizar los abortos ilegales y el cálculo arrojado por los abortistas suele derivar de multiplicar el número de muertes de mujeres en complicaciones con estas prácticas por cifras astronómicas.

En el caso argentino, algunos abortistas hablan de 500 mil abortos clandestinos anuales, pero el Ministerio de Salud reporta menos de 400 casos de mujeres muertas al año por complicaciones con estos procedimiento ilegales.

Los autores del libro pretenden ir más allá de las cifras y alegan que “un grave error hoy cometido es que las personas se limitan a discutir se están o no a favor del aborto. Pero a ninguna persona, incluso las mujeres que lo hacen, le gusta la idea de tener que ser sometida a un aborto. Según ellos está comprobado que la ilegalidad no resuelve el problema, no reduce los abortos y trae graves consecuencias para las mujeres”.

El texto abunda en falacias, como asegurar  que “de hecho, los países con las menores tasas de abortos en el mundo son países de Europa occidental, donde el aborto es legal y de fácil acceso. En cambio en América latina, donde las leyes son muy restrictivas, las tasas son cinco u ocho veces más elevadas”.

El libro, sin embargo, no menciona el caso de Estados Unidos, donde el aborto es legal desde 1973. Antes de la legalización de la práctica se estimaba que anualmente se practicaban entre 100 y 200 mil abortos, hoy en día la cifra de abortos legales supera el millón y medio al año.

A pesar de estas carencias, Adital insiste en que el libro “entrega información y evidencia científica actualizada sobre el tema a nivel mundial, proveyendo una visión integral desde los diversos ámbitos involucrados. Todo ello, a partir de experiencias reales recogidas a lo largo del desempeño profesional de los autores, y con el fin de contribuir a un debate serio e informado en la sociedad”.

Sobre los autores

Los autores del libro son José Barzelatto, vicepresidente del Centro para la Salud y Política Social de Estados Unidos, ha trabajado como director de Salud Reproductiva y Población en la abortista Ford Foundation y como director de un programa especial sobre reproducción humana en la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aníbal Faúndes es coordinador del Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obstetricia y también es conocido por su afinidad con el movimiento abortista en la región.