El proceso de beatificación del Padre “Toñito” –como era conocido el Padre Jesús Antonio Gómez–, está por concluir su fase diocesana después de diez años y próximamente será enviado a la Santa Sede, según informaron fuentes relacionadas a la causa del recordado sacerdote antioqueño.
La causa viene siendo impulsada por las Hermanas Concepcionistas; quienes revelaron ya haber recibido algunos testimonios como el de los padres de Leydi Cristina Salazar, de ocho años, quienes relataron cómo la niña sanó de una infección masiva a la cual los médicos no encontraban curación, luego de recurrir a la intercesión del Padre “Toñito”.
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El P. Jesús Antonio Gómez nació en El Santuario (Antioquia) el 26 de marzo de 1895, en un hogar de 14 hijos, entre ellos cuatro sacerdotes y una religiosa de clausura.
Fue ordenado sacerdote el 11 de marzo de 1922 y nombrado vicario cooperador en San Roque, al noreste de Antioquia.
El sacerdote desempeñó su labor pastoral como rector del colegio San José de Marinilla, capellán de la Casa Provincial de la Presentación en Medellín, Capellán de Las Carmelitas y Canónigo Magistral de la Catedral Metropolitana.
Fue reconocido principalmente por haber sido un connotado director espiritual. En efecto, el Padre “Toñito”, como era conocido por todos, dirigió durante 21 años a quienes se preparaban para el sacerdocio en el Seminario Conciliar; además, religiosos y laicos lo buscaban continuamente para pedirle consejo sobre dudas de fe.
El sacerdote era un hombre de pequeña estatura, delgado y voz pausada, al que “se le veía orando y era como si algo a su alrededor se iluminara” comenta la hermana María Eleonor, quien en sus 50 años en el monasterio de clausura de Las Concepcionistas, recibió varias veces consejo espiritual del Padre.