El Presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, Cardenal Julián Herranz Casado, animó a los cristianos a reaccionar contra la “cizaña fundamentalista laicista y anticatólica” que en país, España, siembran algunos medios de información y ambientes políticos y la “demagogia libertaria” desarrollada sobre el matrimonio.
El Cardenal apeló a los españoles a la prudencia y a no dormir, pues “es la hora de sacudir la pereza y la somnolencia. No olvidéis que lugares de la tierra que fueron en otros tiempos testigos de iglesias florecientes son actualmente un erial, donde no se pronuncia el nombre de Cristo”, dijo el Purpurado de 75 años.
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El Presidente del Pontificio Consejo hizo estas manifestaciones durante la homilía que pronunció este domingo en la iglesia “Concepción de Nuestra Señora”, en Madrid, al celebrar las bodas de oro de su ordenación sacerdotal.
“No es verdad como repiten en España algunos voceros del agnosticismo religioso y del relativismo moral que la doctrina de Cristo es negativa y ‘represiva’, que la Iglesia Católica aparece como una ‘reliquia del pasado’. Se equivocan soberanamente, el Cristianismo es una insuperable historia divina de amor, de esperanza y de libertad”, dijo el Purpurado.
Con dolor, “porque son hermanos míos, españoles y quizá bautizados”, señaló que son ellos “los que caminan hacia atrás y hacia abajo, en un creciente degrado cultural y moral, bajo el impulso de una ideología libertaria que humilla el verdadero concepto de progreso y de libertad”.
“¡Cuánta cizaña, fruto de un apasionado ‘fundamentalismo laicista’ y anticatólico, ha sido y es sembrada desde algunos medios de información y ambientes políticos: se inventan derechos que no existen y, en cambio, niegan o hacen difícil el ejercicio de derechos y principios jurídicos verdaderos, basados en la misma dignidad de la persona y en el bien común de la sociedad: y, por eso, anteriores a cualquier sistema político, de izquierda o de derecha!”, dijo el Cardenal.
Ante numerosos obispos, sacerdotes y feligreses, el Cardenal de origen cordobés dijo que las actuales circunstancias de España le recuerdan la parábola del trigo y la cizaña y que si en este país ha crecido tanto la cizaña es porque no ha habido correspondencia, porque los cristianos se han adormecido y han consentido “que el enemigo se acercase”.
Así, el Purpurado resaltó “¡cuánta demagogia libertaria contra el mismo concepto no solo cristiano sino natural del matrimonio y contra el valor social y la estructura antropológica de la familia, parte esencial del bien común de la nación”.
Asimismo, detalló que esta demagogia atenta “contra los derechos y la dignidad del ser humano desde su concepción hasta la muerte natural; contra los inalienables derechos de los padres en la educación religiosa de sus hijos, también en las escuelas públicas, que ellos sostienen económicamente; contra el valor histórico, cultural y social del cristianismo y de las obras benéficas, educativas y sociales promovidas por la Iglesia Católica, también mediante la libre iniciativa de los ciudadanos católicos –más o menos practicantes–, que en España representan el 90% de la población”.
Contra el pesimismo
Sin embargo, ante el crecimiento de la cizaña, el Cardenal Herranz señaló que sería un error ser pesimista, “dudar de la victoria final de Cristo sobre el mal sembrado en el mundo”, aunque advirtió que también sería equivocado justificar “la inconsciencia, aburguesamiento o la pasividad” de los cristianos ante “la diligente y tenaz siembra de cizaña que otros hacen”.
Así, el Purpurado animó a los cristianos españoles a no caer “en la tentación egoísta de 'eso no va conmigo', o 'a mi familia no le toca” e hizo un llamado a la “coherencia”
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